ლ •52•ლ boca del lobo

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China estaba sentado en la parte de atrás de su auto con el ceño fruncido viendo a la ventana. Veía los edificios y autos pasar uno tras otro mientras su mente viajaba junto a ellos.

-Rusia se ha vuelto loco... -murmuró China posando su mano sobre su mentón.

-¿Entonces por qué aceptaste esta locura? Nada de esto estaría pasando si no lo hubieras dejado denunciar con la policía -alegó el conductor del auto, era un chico de cabello blanco y ojos negros ciertamente parecido a los hermanos eslavos puesto que, se trataba del menor de ellos, Estonia.

-el ni siquiera me avisó, le salió de los huevos hacer semejante estupidez -respondió China enfadado, cuando este se enteró que su hijo había puesto la denuncia la sangre le hirvió.

-¿Y qué piensas hacer ahora? -preguntó Estonia viendo a su padre adoptivo desde el retrovisor con una mirada fulminante y juzgadora.

China hizo una mueca de disgusto al percibir la mirada de su hijo y se mordió la lengua para evitar amenazarlo como a cualquier otro trabajador por tal falta de respeto. Cerró los ojos, respiró hondo y pasó a verlo.

-lo pensaré sobre la marcha, sé que Rusia no hizo todo esto para jodernos, él solo quiere a Colombia sano y salvo -respondió China, intentaba mantener la calma, pero en el fondo estaba muy intranquilo -intentaré solo decir lo que él necesita sin que nos hunda... O hundirlo a él.

Estonia relajó su expresión y volvió a prestar atención al camino después de escucharlo. Apretujó un poco el volante e inhaló con fuerza.

-no te lo dije antes, pero Bielorusia dijo que podría tener una pista de donde tienen secuestrado a Colombia -mencionó Estonia.

-¿Qué? Pero... -China se tomó un tiempo en silencio, Bielorusia había discutido con él hacía ya algunos meses, había decidido renunciar y desaparecer por completo de la vista de todos pero en especial de su padre.

Fue debido a eso que China empezó a buscar a Rusia con tanta insistencia, necesitaba de alguien en quien pudiera confiar, que fuera bueno en su trabajo y además, para ser justos, China extrañaba mucho a su primogénito, quería tenerlo cerca de nuevo como en los viejos tiempos, pero el asiático nunca se caracterizó por saber comunicar bien su afecto.

-Dile que no se meta en problemas... -pidió China con un tono agridulce.

-...también me dijo que te dijera que solo lo hacía por Rusia... -añadió Estonia con pesadez justo antes de llegar al destino.

Un aura de melancolía se cirnió sobre China al escuchar esas palabras, su expresión usualmente sería, irritada o burlesca pasaba a ser ahora una dolida, triste y afligida.

-ja... -musitó con tristeza -por supuesto.

China tomó la manija y abrió la puerta del coche para luego salir de este, se arregló el traje que tenía puesto y cerró la puerta. Tras ello Estonia arrancó el coche para irse a parquear en algún lado y poder esperar a que China terminase.

El asiático respiró hondo, volvió a tener su expresión de molestia usual, arrugó la nariz y levantó la cabeza viendo así el emblema policial que tenía el edificio al que lo habían citado, se maldijo a sí mismo por todo lo que había pasado en su vida para llegar a ese justo momento, lo dudó lo suficiente pero finalmente dió un paso al frente y entró al lugar, donde ya lo esperaban España, Venezuela y Rusia en la sala de espera.

-Señor China, gusto conocerlo -dijo España al verlo entrar, caminó hacía él y estiró su mano para saludarlo.

China vió su mano, nuevamente dudó, pero finalmente la apretó de regreso.

¿Quién eras? ლcountryhumansლDonde viven las historias. Descúbrelo ahora