ლ •6•ლ Puesta

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Colombia sentía que vomitaria en cualquier momento, estaba pálido y le dolía todo el cuerpo, contenía las ganas de llorar, no podía con tanto estrés, Rusia lo notó, como no hacerlo? Si la persona con la que convives empieza a tener aspecto de muerto viviente prácticamente de un día para el otro

-colombia, todo bien?- preguntó Rusia tocando el hombro de su pareja

-que? Ah eh s-si, por supuesto- dijo Colombia sobresaltandose por el toque repentino, estaba tan perdido en su malestar que ni siquiera sintió a su pareja acercarse

Rusia no se dejó convencer por la respuesta de su contrario y llevó la palma de su mano a la frente del cafetero -bueno, al menos no tienes fiebre- dijo al sentir la temperatura de Colombia- te duele la cabeza? Te sientes mareado?- dijo el ruso con una preocupación que no le gustaba mostrar muy seguido, se notaba en la expresión que tenía, era de vergüenza, ni siquiera podía ver a su pareja directamente a los ojos en un momento así, era un poco humillante para el, incluso si nadie lo veía

A Colombia esto le encantaba, estaba recibiendo atención de su pareja que no era usual en ella por su tipo de personalidad, su corazón latía rápido, tanto así que sin notarlo sus mejillas se tornaron de un color carmesí y sumado a la palidez que tenía en ese momento lo hacía ver como una fina escultura de porcelana con labios color rubí y ondulados crespos que se remolinaban entre sí desde las raíces hasta las puntas, digno de cualquier colección -colombia - dijo el ruso chasqueando sus dedos en uno de los oídos del colombiano al ver que este parecía haberse quedado pasmado contemplando el pasar del tiempo, a lo que este reaccionó cerrando sus ojos con fuerza y tapando el oído receptor con sus manos

-oído equivocado Rusia- Dijo el colombiano negando, justo en ese momento escuchaba un pitido constante, justo dentro de la oreja, en el canal auditivo, muy cerca al tímpano, similar a lo que escuchas después de una explosión, zumbido, le dicen algunos, que ahora se adueñaba de sus pensamientos sin ningún tipo de reparo, los sonidos agudos y fuertes eran el peor enemigo para Colombia, en especial si no tenía nada que protegiera la parte defectuosa de su sistema auditivo o peor, si estaba a pocos metros de la fuente del sonido

Rusia no tardó en soltar de inmediato a Colombia, claro, con cuidado de no empujarlo, sabía que para Colombia ese pitido era un fastidio, pero para el, era una punzada profunda a su gélido corazón el verlo así, la culpa de haberse equivocado en una sola cosa y que su pareja haya tenido que pagar las consecuencias... sencillamente, era el peor de los castigos que le había tocado vivir

-lo siento, siempre los confundo- dijo Rusia con un ligero nudo en la garganta -no te preocupes, tu no tienes la culpa, puedo ponerme un pendiente o algo para que no vuelva a pasar, no es para tanto, al menos no dura mucho- dijo con una pequeña pero notoria sonrisa, tan cálida como el abrazo de una amorosa madre pero en sus ojos se reflejaba la impaciencia y ansiedad que ese sonido le causaba -pero eh ahí el dilema, si tengo la culpa- pensó Rusia a sus adentros

-fue por esto que visitaste al médico? Que te dijo que tenías?- preguntó Rusia ahora pasando a ver los ojos avellana del cafetero

Continuará..

¿Quién eras? ლcountryhumansლDonde viven las historias. Descúbrelo ahora