¿Quién eras? ლcountryhumansლ

ლ •53•ლ confrontación

Estados Unidos se vió acorralado, no sabía cómo pero China ya sabía que México estaba con él, de hecho este último ya se lo había dicho, le había advertido que China tenía muchos informantes, sin embargo, no creyó que en tan poco tiempo esa información habría salido de las entrañas de su grupo y en cierto modo tenía razón, de no ser por aquella llamada China hubiera tardado más en confirmar que era México quién estaba detrás de todo. Ante esta situación el americano hizo una mueca y miró a la calle a través de la ventana por el rabillo del ojo.

—él no está aqui —confesó Estados Unidos.

—¿Y dónde está? —preguntó Ucrania que no quería pasar ni un solo segundo más allí y se notaba en su cara, esas situaciones siempre lo ponían con los nervios de punta.

Estados Unidos se puso más nervioso y dió unos pasos hacia atrás.

—tenemos que llegar a un acuerdo antes que nada —dijo Estados Unidos, sabía que estaba en desventaja, tenía mucha menos experiencia y presencia que China, pero no podía echarse para atrás a estas alturas.

China se indignó al escucharlo, ¿Cómo se atrevía? sintió el fuerte impulso de sacar su arma y amenazarlo a muerte recorrer su espina dorsal pero la mano de Rusia en su hombro le detuvo de cometer tal error.

—¿Qué mierda quieres? —preguntó China luego de suspirar, perdiendo ya cualquier fe de que España o Venezuela no se enteraran de los negocios en que estaba, ahora solo le preocupaba cuanto eso afectaría a Rusia.

—imunidad —respondió Estados Unidos sin vergüenza en su rostro —no te meterás en mis asuntos, yo no me meteré en los tuyos y mis hombres y yo no tendremos replesarias de todo esto —pidió con un tono firme y decidido.

El silencio prevaleció por un par de segundos, China no quería aceptar, sabía que Estados Unidos sería un fuerte dolor de cabeza a futuro, era por ello que quería exterminar su organización hacia meses aunque no había sido tarea fácil, a Venezuela se le caía la quijada y cada músculo de su cuerpo se tensó al ver a China ¿Quién era él? ¿Por qué alguien así de importante no era conocido por la policía? ¿Con qué clase de criminales se había metido su hermano? Se preguntaba en un remolino de pensamento que enmarañaban su mente. A Ucrania no podía interesarle menos lo que fuera que pidiera Estados Unidos, él solo estaba esperando que aquel infierno acabara, detestaba esa vida y solo había aceptado hacer parte de todo ese plan por Colombia, España empezaba a unir cabos sueltos y lograba llegar a las mismas conclusiones que su hijo, aunque a diferencia suya mantenía el semblante serio e inmutable, Rusia contenía su ira pues sabía que no le servía de nada en ese momento, pero la necesidad de tomar a Estados Unidos por el cuello y quebrarlo si se enteraba de que algo grave le había pasado a su amado estaba allí.

—no aceptaré nada sin antes ver a Colombia en buenas condiciones —respondió China con un tono apagado y robótico, solo aceptaba por su hijo, lo mínimo que podía exigir era el bienestar de la pareja de este como moneda de cambio.

Estados Unidos, al igual que todos allí, se sorprendió de que en realidad China aceptase sin tanto rodeo. El americano había estado tan sumido en un estrés que ya llegaba a matarlo desde que México secuestró a Colombia sin habérselo cuestionado con antelación que ahora que parecía traer algo bueno para él casi se dejaba caer al suelo solo para poder llorar de la felicidad. Pronto Estados Unidos salió de su trance de sorpresa y emoción para entonces sacar su teléfono y marcar a un número, los segundos pasaron y finalmente le tomaron la llamada, "necesito que mandes un vídeo de él" dijo Estados Unidos, sin embargo la voz al otro lado del teléfono se escuchó histérica, burlona y titubeante.

—¿A qué te refieres con que no puedes? —soltó Estados Unidos derrepente estremeciendo a todos los cinco que se preocupaban por el cafetero.

Rusia frunció el ceño con fuerza, miles de escenarios se pasaron por su mente, no dudaba que fuese México quién estaba através del teléfono y la sola idea de que algo le hubiera pasado a Colombia le desquebrajaba la mente y ponía sus pelos de punta. El eslavo rápidamente se adelantó a tomar al americano por el cuello de su elegante camisa y le dedicó una mirada asesina a sus escoltas, los cuales temían más al eslavo que a las replesarias de su patrón.