ლ •41•ლ nubes de marfil

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El día del alta para Colombia llegó, el cafetero estaba muy emocionado de poder salir de aquel hospital del cuál ya estaba hasta las narices, estaba profundamente agradecido con los médicos y enfermeros pero sentía aquel lugar era como una jaula que le impedía abrir sus alas y volar libremente, Rusia le había dicho que él solía vivir con el antes del accidente y por lo cuál ahí iría al salir, pues no tenía otro lugar, se le hacía algo extraño pero no lo puso en duda pues Ucrania confirmó lo dicho, ambos explicaron que Colombia y Rusia vivían juntos para pagar entre los dos los servicios y que así fuera más barato para ambos y que además los dos estaban bastante cómodos así, por lo que Colombia terminó aceptando esa versión, de más está decir que en parte le agradecía mucho tener a sus dos amigos con el y que lo apoyaran después de tanto, además de eso viviría con los niños recién nacidos de Rusia, se moría de ganas por cuidar de ellos por lo lindos que era.

Ese día Ucrania fue a la casa de Rusia para cuidar a los niños mientras Rusia iba a buscar a Colombia en el auto, Rusia estaba feliz, iba caminando por el pasillo del hospital con una barra de chocolate blanco -el favorito de Colombia- en la mano, hubiera querido darle flores pero pensó que quizás era algo excesivo, llegó a la habitación y al ver a Colombia no pudo evitar sonreír.

-Colombia, que alegría, ya se acabó todo esto ¿Estás feliz? -preguntó el eslavo más vigoroso que nunca, era inusual en el, no parecía el mismo siniestro hombre desalmado que Colombia pensó la "primera" vez que lo vió.

-¡Rusia! Pensé que tardarías más -dijo Colombia yendo rápido a abrazarlo con fuerza -no sabes cuánto me alegra poder salir, te mentiría si digo que no estoy nervioso pero prefiero estarlo allá afuera y no aquí -explicó separándose con una sonrisa.

Colombia estaba radiante, su salud se había recuperado progresivamente, sus rizos eran el bordado perfecto de su bello rostro y sus suaves ojos y aquella sonrisa que marcaba sus oyuelos eran más bellos que cualquier pintura para el eslavo.

—te traje chocolate blanco como regalo —dijo Rusia extendiendo su mano dejando ver así el dulce.

Colombia dió un saltito de emoción y tomó el chocolate rozando las manos de Rusia y agradeciendo haciendo que este se sonrojaba.

—¿Ya podemos irnos, Verdad? —preguntó Colombia.

Rusia asintió acariciando con ligereza y de manera sutil la parte que Colombia había tocado de sus manos, Colombia se giró y fue a tomar su "maleta", no era más que una mochila con un par de prendas que Rusia le dió a Colombia durante su estadía allí y uno que otro artículo personal, metió su chocolate y se dirigió con Rusia.

—Vamos a firmar en recepción y vámonos entonces —dijo mientras se colgaba la mochila al hombro.

Rusia y Colombia salieron juntos y caminaron hacia la recepción, sin embargo al girar una esquina un joven con mechas decoloradas y unos ojos castaños truncaría sus planes.

–...¿México? —soltó Colombia sorprendido por su presencia.

—¡Coquito! Qué alegría verte —dijo México lanzándose a abrazar al pelirizado.

Rusia estaba perplejo de verlo allí y por reflejo tomó a México del cuello y lo alejó de Colombia con fuerza y rabia, se preguntaba que demonios hacia allí, cómo sabía que iban a salir justo ese día, Ucrania ya se lo había dicho y sabía que esto pasaría pero no pensó que sería así.

México se quejó de dolor colocando sus manos sobre las de Rusia queriendo liberarse sobreactuando su agonía, Colombia pasó a ver a Rusia horrorizado por esto, recordaba a México y ver a Rusia casi estrangularlo lo dejó en shock, el peliblanco soltó a México asustado por la mirada de Colombia y empezó a ponerse nervioso sintiendo que su fachada se iría abajo, pensaba que Colombia le tendría miedo y que perdería de nuevo su confianza en el.

¿Quién eras? ლcountryhumansლDonde viven las historias. Descúbrelo ahora