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Dos años después.
Suelta un quejido al escuchar el irritante sonido de su celular justo en su oído, avisando sobre la llamada entrante. El cuerpo a su costado también se queja, moviéndose y rompiendo el abrazo para permitirle acomodarse bien.
Katsuki despierta por completo al ver el nombre de su jefe brillando en el centro de la pantalla, tomando torpemente el celular y el vaso de agua que mantenía en su mesa de noche. Se la termina de un sorbo, refrescando su garganta y tratando de que su voz se escuche lo más normal posible.
Shōto se estira cual gato, bostezando y girando a ver la espalda de Katsuki, sonriendo traviesamente antes de pegarse a él, rodeándolo por la cintura.
El rubio se estremece por el contacto repentino y por la respiración que chocaba contra su nuca, ignorándolo para poder prestar atención a la conversación con su reciente jefe.
Algo difícil cuando empezó a sentir los húmedos labios de Shōto recorrer su piel, desde el lóbulo de su oreja hasta sus hombros y devuelta, sin darse cuenta de la mano que se empezaba a colar bajo su camiseta.
Trataba de concentrarse en lo que le indicaba la persona al otro lado de la línea, de verdad que lo intentaba. Pero la mano que se iba deslizando hacia abajo, recorriendo todo su abdomen y, aparte, la lengua de Shōto paseándose por donde quisiera no se la dejaban fácil.
Lo detuvo cuando lo sintió adentrarse a su pantalón, haciéndole cara de reproche y siendo, claramente, ignorado.
Los besos de Shōto, que también iban bajando por su cuerpo, lo hicieron acomodarse que quedó totalmente recostado sobre su espalda.
Su cara fue el vivo retrato del pánico cuando vio la cabellera bicolor esconderse bajo las sabanas, después de dedicarle una sonrisa para nada inocente y llegar hasta acomodarse a la altura de su entrepierna.
Respiró profundo, mentalizándose para que ningún sonido saliera de su boca, porque, esta vez, no iba a detener a Shōto, no viendo lo que estaba a punto de hacer.
El bicolor se mordió su labio inferior, divertido totalmente con lo que estaba a punto de hacer y a la vez, bajando el pantalón junto a los boxers, dejando libre el pene medio erecto de Katsuki.
Su lengua recorre desde la base hasta la punta, escuchando el carraspeo de Katsuki para disimular el jadeo que estuvo a punto de soltar.
