¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
19 de diciembre
—¿En serio, nunca habías adornado tu apartamento para navidad?— Faltaban muy pocos días, y a los padres de Katsuki se les ocurrió venir a la ciudad. Por supuesto, quisieron celebrarlo en casa de su hijo, así que al rubio le tocó ir de compras navideñas a último momento porque no tenía ningún tipo de adorno.
—Jamás había celebrado navidad en el apartamento— Siempre la pasaba en la casa de algún amigo. Ya sea de secundaria, universidad o algún compañero de trabajo. —¿No vas a estar aquí en navidad?, así me ayudas a distraer a la bruja—
Shōto se rio por lo bajo, siempre le causo gracia la relación madre-hijo que tenía ese par.
—No lo sé, el viejo va a estar solo— Todos sus hermanos tienen compromisos, y por más que le gustara molestar a Enji, no iba a dejarlo solo en navidad. Sabe que su plan de noche buena seria salir por ahí y su padre le iría a comprar cualquier cosa dulce que viera como si fuera un niño de 8 años, pero él estaría más que feliz con eso.
—Podría venir...—
—¿No te molesta?—
—Sabes que a la vieja le cae bien— Bueno, era gracioso como se retaban en cada juego que encontraban.
—Bien, lo invitaré—
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—¿Estás viviendo con Shōto-kun?—
—¿La edad ya te afecta la audición? Si, desde hace un mes—
—Ugh, me compadezco de él, ¿Cómo es que te soporta?—
—Él tiene paciencia, ¿Sabes lo que es eso?— Sonrió con arrogancia cuando escuchó el gruñido de su madre a través del teléfono.
Se distrajo de la conversación al notar las fuertes gotas que empezaban a golpear contra el vidrio del ventanal. Por más que estaban en invierno, no había llovido ni nevado.
—...Y según lo que me dijo Inko, él está muy desanimado.—