-Capitulo IV-

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— ¿Se están quedando con Aizawa–sensei? — Ya había conseguido todos los ingredientes que necesitaba para la cena

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— ¿Se están quedando con Aizawa–sensei? — Ya había conseguido todos los ingredientes que necesitaba para la cena. Decidió invitar a Hitoshi y a Eri, sabía que Bakugō no se quejaría, le tenía un gran cariño a Eri –Aunque el rubio se esmerara tanto por negarlo– y los dos mayores tenían un humor parecido; sabe que va a ser el objetivo de burlas por parte de esos dos o, como es más común, se ofenderán entre ellos.

Que linda amistad.

—Hubieras visto su cara, nunca lo había visto tan emocionado—Explicó con emoción y un brillo en sus ojos. Aizawa no era su padre biológico, sus padres murieron cuando era muy pequeño y el pelinegro lo acogió como su protegido. Años después, logro obtener la custodia de Eri, quien sufría de maltrato doméstico. Se nota el cariño que le tiene a su pequeña familia.

Y mi padre se burla de sus hijos, que lindo.

La relación con su padre era algo extraña, pero siempre lo apoyó a él y a sus hermanos. Incluso cuando se divorció de su madre, la relación no cambio mucho.

— ¿Aizawa emocionado?, eso sí quisiera verlo—

Después de hacer que sus risas se escucharan en todos los pasillos del supermercado un rato más –y asegurarse de que todos los miraran raro–, en un abrir y cerrar de ojos ya tenían todos los ingredientes y estaban al frente de la caja registradora para pagar los alimentos que llevarían –Incluyendo la enorme cantidad de dulces que llevaba Eri– y ponerse al día en algunos asuntos, se despidieron, acordando la hora para la cena de esa noche.

Después de hacer que sus risas se escucharan en todos los pasillos del supermercado un rato más –y asegurarse de que todos los miraran raro–, en un abrir y cerrar de ojos ya tenían todos los ingredientes y estaban al frente de la caja registradora...

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— ¿El que parece un zombie? —

— ¡No le digas así! —

—Como sea. Creí que estaba en Tokio—

—Si bueno, vino porque está en vacaciones y creí que sería buena idea invitarlo—

— ¿Y viene con la mocosa? —Shōto asintió con un movimiento de cabeza, para después darse cuenta de que Katsuki no lo podía ver.

Se sintió tan estúpido.

Carraspeó, y trato de convencerse de que no fue tan vergonzoso para su persona.

 𝐃𝐎𝐒 𝐂𝐎𝐋𝐎𝐑𝐄𝐒┇𝘒𝘢𝘵𝘴𝘶𝘚𝘩𝘰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora