- Capítulo I -

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Pensó que esa situación tendría fin algún día, lleva tres meses pensándolo, pero ya se le está haciendo costumbre escuchar el ajetreo de las llaves al chocar entre ellas y el crujido de la puerta abrirse a las 4:00 a

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Pensó que esa situación tendría fin algún día, lleva tres meses pensándolo, pero ya se le está haciendo costumbre escuchar el ajetreo de las llaves al chocar entre ellas y el crujido de la puerta abrirse a las 4:00 a.m.

A las putas 4:00 a.m.

Como ha pasado los últimos meses, él se asoma por el marco de la puerta de su habitación con la vista pegada a la puerta principal, donde ve una cabellera verde asomarse seguida del dueño de esta. Y cuando cruzan miradas, Izuku inmediatamente la desvía a cualquier parte que no sean esos ojos de diferente color que siente que le están analizando el alma. Pero Shōto ya no puede más, está cansado de esa situación, ha estado ignorando el tema por bastante tiempo ya, la relación no es la misma, a leguas se nota. No recuerda cuando fue la última vez que pasaron más de 3 horas juntos, lo único es cuando van a dormir, y cada uno lo hace dándole la espalda al otro, sabe que es hora de ponerle fin a esa situación.

—Izuku...—

—Estoy cansado Shōto—

—Necesitamos hablar, ¿Lo sabes, no? — Silencio fue todo lo que recibió — ¿Por qué llegas a esta hora? —

—No es importante—

—Si lo es, esto lleva pasando meses y ni siquiera avisas a dónde vas—

— ¿Qué insinúas? —

—No estoy insinuando nada, solo me preocupa, no es normal eso de ti—

—Que no es importante—

—Para mí si lo es—

—Shōto—

—No, Izuku, ¿Estas bien?, ¿Siquiera duermes? —

— ¡YA TE DIJE QUE NO IMPORTA! — Shōto quedo helado, no espero que le subiera la voz, nunca lo hizo. Pasaron unos minutos donde ninguno dijo nada, solo se podían escuchar sus respiraciones algo agitadas y los pocos carros que pasaban a esa hora fuera de su edificio. Después de un tiempo, Shōto decidió que definitivamente no iba a seguir así.

— ¿Sabes qué?, tienes razón, no importa...— Dio media vuelta y se puso un abrigo y un gorro, después de todo estaban en invierno, se colocó unas zapatillas, solo agarro su celular y billetera para guardarlos en los bolsillos del abrigo y se dispuso a salir. Cuando llegó a la sala principal vio a Izuku sentado en el sofá, con los codos apoyados en las rodillas y sus manos alborotando –más– su cabello. En cuanto sintió su presencia, volteo a verlo con ojos cansados.

— ¿Vas a volver? — Preguntó, su voz saliendo como un susurro, en cuanto notó que estaba vestido para salir.

—Necesitamos hablar, volveré cuando estés dispuesto a hacerlo— Sin más, salió del departamento.

—¿Por qué no me sorprende? — Preguntó, cuando vio al bastardo mitad-mitad afuera de su apartamento temblando por el frio que hacía en esos tiempos, más en esa parte de la ciudad

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—¿Por qué no me sorprende? — Preguntó, cuando vio al bastardo mitad-mitad afuera de su apartamento temblando por el frio que hacía en esos tiempos, más en esa parte de la ciudad.

—Ya sabes por qué— contestó haciendo un puchero al ver que la bomba con patas no tenía intenciones de dejarlo pasar. —Ya, déjame pasar—, Bakugō solo suspiro y se quitó del camino, dejando pasar al, según él, perro callejero que necesita un hogar donde lo alimentaran.

Mierda, no tenía intenciones de compartir su comida hoy. Aunque si necesitaba un compañero de videojuegos.

Para cuando se da cuenta, Todoroki ya está conectando el segundo control y llevándose un puñado de papas fritas a la boca. Pero piensa que es suficiente, aunque le tomo bastante tiempo admitirlo, Shōto es uno de sus mejores amigos. Desde secundaria se llevaron "bien", compartían una rivalidad sana desde lo académico hasta en lo físico. Eijirō, Shōto y el siempre fueron así de unidos. Y no va a permitir que esto se siga repitiendo, hace tres meses que pasa más tiempo en su casa que en la propia que comparte con Deku. La habitación de huéspedes técnicamente se convirtió en su habitación y hasta tiene su ropa guardada en los armarios donde yacía. Pero sabe que debe abordar el tema con cautela, no ha dicho nada porque sabe que Shōto va con el justamente para distraerse del tema, para bromear, reírse, pasar un buen rato y olvidarse de las discusiones que se llevaban a cabo casi a diario. El primer día que llego a su casa, explicándole la situación y pidiéndole que, por favor, no hablaran del tema, aceptó únicamente porque Shōto parecía estar bien.

Se le olvidó lo bueno que es para aparentar

Después de muchas rondas de videojuegos y videos de "si te ríes pierdes", se fueron a dormir, sin embargo, él siempre tuvo un problema para dormirse rápido, fue gracias a eso que pudo escuchar los casi inaudibles sollozos que venían de la habitación de al lado. Fue hasta donde venía el reconocible llanto, se asomó cautelosamente hacia la entrada de la puerta y... se encontró a Shōto, automáticamente, como si fuera un reflejo, lo abrazó y consoló hasta que este cayó en brazos de Morfeo. Desde ese día tiene ganas –más– de partirle a Deku su asquerosa cara de bebé que aún con 20 años no cambia. Después de eso, las visitas se volvieron más recurrentes, las primeras semanas Shōto se desahogó en llanto, de ahí en adelante, venía con toda la normalidad, y no es que le molestara la presencia del bicolor ahí, simplemente no le gustaban las razones por las que estaba, muchas veces pensó decirle que terminara esa relación de una vez por todas, que no le hacía bien. Sin embargo, para no amargar el rato, decidió quedarse callado. Pero no está dispuesto a ver como Shōto piensa ignorar el tema por siempre.

Se sentó a un lado del bicolor y empezaron a jugar. Después de casi veinte minutos, los cuales se la pasaron entre bromas, apuestas y una mini-guerra de comida, Katsuki decidió que ya había aligerado el ambiente e iniciaría con ese tema de conversación.

—Hey— Inició, recibiendo un sonido de parte de Shōto que le indicaba que prosiguiera. Debía hablar en serio, así que pauso el juego para que Shōto lo mirara a la cara, lo cual funcionó, ya que apenas vio la pantalla congelarse, le dirigió una mirada curiosa a Katsuki, que aparentemente se encontraba totalmente serio.

— ¿Qué pasa? —

—Debes parar esto—

—...—

—Sabes que no me molesta tenerte aquí, pero me molesta que no hagas nada, ¿Intentaste hablar con el nerd? —

—Si...—

—Y por lo que veo no salió bien, sabes que esa relación te hace da- —

—Debo terminar con el...—Interrumpió Shōto

—Gracias por ahorrarme el discurso—Soltaron unas risas y decidieron dejar el tema ahí. Después de todo, ya se aseguró de que el bicolor estaría bien.

 Después de todo, ya se aseguró de que el bicolor estaría bien

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¡Gracias por leer!

Mell

 𝐃𝐎𝐒 𝐂𝐎𝐋𝐎𝐑𝐄𝐒┇𝘒𝘢𝘵𝘴𝘶𝘚𝘩𝘰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora