- Capítulo XIII -

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Odiaba levantarse temprano

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Odiaba levantarse temprano.

Odiaba el sol golpeando en su rostro, encandilándolo y provocando un dolor de cabeza momentáneo. Odiaba tener que abrir los ojos, tener que pararse, haciendo que sus piernas cargaran el peso de su cuerpo, y sobretodo, odiaba tener que estar en todas partes excepto en la comodidad que le brindaba aquel cuarto.

¡Odiaba levantarse!

Por él, se quedaría todo el día en su cama, disfrutando del calor que esta le brindaba y llevando suficiente comida para no tener que salir de su habitación el resto del día. Quedarse acostado viendo películas en su portátil, y sin tener problema por el baño porque quedaba a unos cuantos pasos de distancia.

Pero, para su desgracia, estaba en el comedor, realizando su tercer ensayo en el mes, con una simple taza de café y tratando de mantener sus parpados abiertos.

Su cabello, que siempre estaba ordenado, liso y con los dos colores perfectamente divididos, ahora era un revoltijo de blanco y rojo. Debajo de sus ojos había unas enormes ojeras y sus labios estaban fruncidos, mostrando inconformidad con lo que acababa de escribir en el archivo presentado en la pantalla.

Jodida mierda

Suspiró por enésima vez en el día, en verdad estaba cansado.

Llevaba semanas en las que tenía que llegar más temprano a la empresa para poder asesorar a su nuevo compañero, saliendo más tarde de lo común por tener que hacer su propio trabajo. Y por supuesto que la universidad y los amargados de sus profesores no ayudaban con su situación.

Salió de sus pensamientos al escuchar la puerta ser abierta, mostrando a Katsuki que recién llegaba de entrenar.

En cuanto tuvo una vista completa del rubio frente a él, todo rastro de sueño se esfumó de su ser.

Su cabello rubio cenizo estaba húmedo, quitando el común estilo esponjado y logrando que algunos mechones se pegaran a su frente. Estaba empapado en agua y sudor, el cual bajaba por su frente y su fino rostro hasta su mandíbula, algunas gotas perdiéndose en su cuello y otras finalmente cayendo al suelo. Como venía sin camiseta, podía ver cada detalle de su torso desnudo. Su pecho, subiendo y bajando por la agitación del ejercicio realizado, sus anchos hombros junto a los músculos de sus brazos tensionándose cada vez que realizaba un movimiento, como ahora, que usaba su propia camiseta para secar su rostro. Su abdomen increíblemente marcado, a los costados dejando ver el notable hueso de su cadera gracias a que la pantaloneta que usaba estaba floja y más abajo logrando ver la V marcada en su vientre.

Madre santa.

— ¿Se te antoja algo, Icyhot? — De inmediato regresó su vista a esos intensos ojos rubís, acompañados de una sonrisa arrogante, pero llena de coquetería.

—C-claro que no—

Quedó descolocado cuando escuchó risas provenir de Katsuki, quien sacaba su teléfono en ese instante.

 𝐃𝐎𝐒 𝐂𝐎𝐋𝐎𝐑𝐄𝐒┇𝘒𝘢𝘵𝘴𝘶𝘚𝘩𝘰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora