- Capítulo XI -

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Llevaba al menos media hora decidiéndose si llamar a su hermano o no

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Llevaba al menos media hora decidiéndose si llamar a su hermano o no. Ya miró tanto su fondo de pantalla que le aburrió y lo cambió por la foto de un gato.

Eso fue hace 15 minutos.

Y ya se estaba aburriendo de esa imagen.

Apagó el móvil y se recostó en su cama, mirando el techo como si este le fuera dar la solución a todos sus problemas.

Tal vez debería salir a caminar, o llegar al trabajo antes.

Es la primera vez que no tiene nada que hacer en ese apartamento, estaba tan aburrido.

No habló con el rubio en lo que restaba del día de ayer, ni lo que llevaba del día de hoy. Se sentía algo solo, y justamente por eso no llamaba a Natsuo, si se sentía así con tan solo un día –incluso menos– sin estar con Katsuki, no quería imaginar cómo sería estar con ese sentimiento de soledad que lo embargaba por mucho más.

Pero tal vez debería acostumbrarse.

La situación del día anterior la pudo tomar como ejemplo, seguramente el rubio traía a sus "citas" al apartamento y ahora no podía porque él estaba allí.

No deseaba incomodar más.

Pero tampoco deseaba irse.

Decidió dejar de pensar y alistarse con ropa casual, tal vez pueda visitar a Touya.

Antes de salir, logró cruzarse con Ame. La mujer, como siempre, le sonrió y le preguntó si necesitaba algo.

Negó y se despidió amablemente, por alguna razón, recordó el primer día que estuvo con ella. La mujer no hacía más que quejarse sobre el hecho de que Katsuki mantenía la despensa vacía, o en la manera en que se alimentaba.

Recuerda el día que le reclamó al dueño del apartamento, el cual no hacía más que reírse por ver a la mujer más amable que haya conocido hablándole de esa manera.

Al final, él se ofreció para hacer las compras y ella logró convencer a Bakugō de mejorar su alimentación.

Lo cual no ha cumplido mucho.

Una sonrisa involuntaria se posó en su rostro al recordar lo bien que se la ha pasado estos meses, no pensó que vivir con Katsuki sería tan divertido.

Estuvo un buen rato perdido en sus recuerdos, tanto que no notó cuando llegó a la casa de Touya. Espera que no esté ocupado, porque ahora lo único que quería era pasar un buen rato con su hermano y la pareja de este, si es que se encuentra.

Estaba a punto de golpear hasta que vio como la puerta era abierta bruscamente, encontrase de frente con un par de ojos rubís, que lo miraban con curiosidad.

— ¿Estas bien, Shōto? —

— ¿Tú lo estás? —

¡Yo no lo estoy! — Pudo escuchar a su hermano gritando desde el interior de la casa y notó como Tenko rodaba los ojos, aparentemente fastidiado.

 𝐃𝐎𝐒 𝐂𝐎𝐋𝐎𝐑𝐄𝐒┇𝘒𝘢𝘵𝘴𝘶𝘚𝘩𝘰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora