—¡Mira! ¡Mira! —sonrío mucho viendo como Mason pegaba saltitos alrededor de la grava crecida que atosigaba el sendero hasta la casa de Luciana.
Sonrió mientras se ajustaba el sombrero de nuevo, llevaba un bolso al hombro y una canasta en su codo, pues iba a casa de su hermana para terminar de traer las prendas de sus sobrinos que quedaban pues ahora definitivamente los pequeños se iban a quedar en su casa en el pueblo.
Estiró su mano para que Mason la tomará, el pequeño obedeció con algo impaciencia pues estaban a punto de abrir la valla que los estaba separando de la propiedad de Marcus, abrió su cerró sus ojos de pronto irritada ante el exorbitante resplandor del sol que no le permitía ver con claridad, cerró sus ojos, presionó sus dedos contra sus ojos con fuerza.
Su cabeza comenzó a palpitar mientras intentaba abrir sus ojos, era uno de los días con el sol más brillante de todo el año, comenzaba a cuestionar el por qué había salido hoy sin un estupido parasol, por algo su madre se lo había comprado, no era para tenerlo de adorno en su habitación, hubiera deseado por todos los medios haberlo traído, no suponía que había tanta luz.
—Nessi. —parpadeó aturdida intentando enfocar a la persona que le hablaba.
—¿Que pasa... Mason? —su sobrino tiraba de su mano hacia abajo, parpadeó de nuevo esta vez quitando una molestia de su vista-. ¿Que tienes cariño?
—¿Estás bien? —asintió con una sonrisa de lado peinando lejos los mechones del rostro aniñado de su sobrino—. Estás muy callada.
—Solo estoy nostálgica por volver aquí. —le dedicó una sonrisa de labios apretados a su sobrino mientras él también sonreía—. Pero ya se me va a pasar, te lo prometo.
El pequeño asintió con una sonrisa a lo que ella se puso de pie de nuevo para abrir la cerca divisoria, paso un mechón tras su oreja para poder ayudar a pasar a su sobrino, quien como era de esperarse se zafó de su mano para correr hasta el pórtico de la casa.
Sacudió su cabeza mientras comenzaba a subir los escalones tras él, sus pasos apenas se escuchaban en aquella madera, abrió la puerta para permitir que Mason corriera hasta su propia habitación, sacudió su cabeza mientras dejaba las cosas sobre los muebles de la sala.
—Con cuidado Mason —dijo lo suficientemente fuerte como para que su sobrino la escuchara en cualesquiera sea su ubicación en la casa.
—¡Si! —sonrió y sacudió su cabeza de un lado al otro comenzando a arreglar las cosas que estaban regadas en la cocina.
Acomodo las cosas, las ollas y una que otra cubierta que se había quedado fuera de lugar desde la última visita de Marcus hace un poco más de un mes, tomó un pañuelo y comenzó a limpiar todas las superficies que estaban acumulando polvo.
Dejó la canasta sobre la superficie limpia de la mesa antes de seguir con el proceso, luego de un rato tuvo la cocina más decente de lo que estaba en cuanto llegó, un toque en la puerta hizo que todo su cuerpo se pusiera alerta, se irguió y miró el lugar con desconfianza.
ESTÁS LEYENDO
Lady Corbac
VampirAquí habita un vampiro. Todos lo temen. Dicen que es malo. Dicen que asesina por qué ama la sangre. Todos hablan de «él» Aunque nadie le ha visto el rostro. Nadie sobrevive lo suficiente. Los cuerpos siguen apareciendo. Nada los detiene. Quieren ext...