Capitulo I

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Ahora veía su pueblo a través de un velo de oscuridad

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Ahora veía su pueblo a través de un velo de oscuridad.

Todos parecían tristes, afligidos por una muerte que les afectaba de manera personal.

Habían dicho que fue un animal, que en el abdomen de Luciana aparecen cortadas como si un animal grande la hubiera mordido hasta que muriera desangrada a las afueras de la granja.

No les creía, todos se dejaron llevar por esos rumores pero ella sabía que no era verdad.

Su hermana no enfrentaría un animal, ella no era tonta, ambas recibieron las más mínimas instrucciones de cómo huir de un animal salvaje en caso de que llegaran a atacarlas.

Ellas no eran idiotas.

Ya había pasado un mes desde el fatidico incidente, aún vestía de negro, no cambiaría su color mientras el dolor en su pecho y la ausencia de su hermana desapareciera, tal vez eso jamás sucedería.

—Vanessa. —ladeo la cabeza hacia uno de sus costados.

Sonrió solo un poco, cerró el libro que tenía en sus manos observando al joven que caminaba hacia ella a paso presuroso. Vestía como un inglés promedio a la época, muy elegante y con un bonito sombrero que ahora retorcía en sus manos.

Jeremiah era su mejor amigo, vivían en la misma calle y era casi como su hermano. Él se sentó a su lado en la banca, llevaba un traje de un marrón claro muy bonito.

—¿Sabes que tu madre está como loca buscándote? —asintió y soltó un suspiro echando su cabeza hacia atrás.

—Madre está como loca desde lo de Luciana —respondió encogiéndose de hombros antes de abrir su libro de nuevo—. ¿Sabes por qué me busca?

—Algo referente a Marcus creo. —cerró sus ojos antes de cerrar el libro de nuevo—. Madre no dijo con exactitud qué era.

Marcus, Marcus, Marcus.

Ese nombre tenía un rostro que ahora aparecía en sus pesadillas, apoyó sus manos sobre su regazo apretando con fuerza sus dedos alrededor de la cubierta de cuero del libro, estaba cansada de seguir tolerando a ese animal.

Por eso escapaba cada tarde luego de hacer sus tareas.

Sus sobrinos estaban igual de aterrados por la situación de su madre, no todos los días le llegaban con una noticia tan horrenda como esa. Si estuviera solo en sus manos ella lo alejaría por completo de la bestia a la que le decían padre.

No por nada Luciana se había alejado en primera.

—Vanessa. —los cálidos dedos de Jeremiah se escabulleron entre los suyos.

Bajo la vista ante aquella acción, eso en realidad era algo bochornoso para hacer en público teniendo en cuenta que ellos no eran más que amigos. Que él hiciera esa clase de cosas era, en primer lugar, extraño.

Lady CorbacDonde viven las historias. Descúbrelo ahora