Capitulo VII

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—Es

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—Es... es inconcebible Veron —musitaba con emociones encontradas el señor Genaro en el pórtico de la casa con padre.

Los miraba desde la ventana de la sala con Angie entre sus brazos completamente dormida.

A la madre no le gustaba que observará a las personas.

Decía que era escalofriante como se podía quedar por hasta horas simplemente sin ninguna mueca en su rostro.

Vacía de sentimientos o emociones.

Por eso ahora tenía a Angie sobre sus brazos, de esa manera nadie la tomaría por rara... o eso esperaba por el bien de su constante observaciones a través de las ventanas de colores de la casa.

Madre estaba por allí haciendo no se que, ¿O tal vez estaba en el mercado? Y eso le favorecía ahora que podía oír al señor Genaro hablar sobre su desgracia.

Era bueno, que ahora no solo ellos fueran los desafortunados por perder a un integrante de su familia.

Pues el afamado vampiro había atacado de nuevo.

Hace solo cinco días hubo una reunión eclesiástica donde todos los que asistieron aseguraron que el propio sacerdote saldría a cazar al vampiro por las noches en los barrios bajos del pueblo.

Pues para conveniencia del supuesto sacerdote, las principales —y únicas— víctimas del «hijo del demonio» recién apodado, eran las mujeres que trabajaban en los burdeles clandestinos. Y si, quizás uno que otro de sus clientes, pero jamas habian aparecido más de una víctima a las afueras de la iglesia.

Hasta el día anterior por la mañana.

Antes de que el gallo cantara por primera vez notaron una anomalía, afuera de la iglesia estaba el cuerpo de una mujer, pero había una diferencia con las víctimas femeninas anteriores, pues las otras eran mujeres de baja clase, sin familia y/o dinero que vendían su cuerpo para poder alimentarse y subsistir.

Y la mujer que apareció fue Marrion Genaro.

Una dama de alta sociedad y esposa de uno de los hombres más ricos de todo Laroy Hill, la imagen de mujer que todas las solteras del pueblo codiciaba pues a su joven edad se había posicionado, incluso fuera de aquel pueblucho. Pero eso no era todo, había algo que dejó conmocionada a al pueblo.

El sacerdote apareció con ella.

De buena fuente se supo que tenían muy poca ropa encima, y que estaba haciendo un "exorcismo" especial a la señora Genaro, dejando en un completo estado de shock a todo el pueblo.

Sin contar que esa misma mañana llegó una carta desde la catedral de Londres donde les avisaba que en un par de días llegaría el reemplazo para la iglesia, lo que en realidad confirmaba su teoría.

Ezquiel no era un sacerdote.

Pues lo investigaron una pareja que había salido del pueblo en cuanto las primeras muertes sucedieron. Resultó ser un oportunista que era buscado en tres provincias distintas por fraude y usurpación de un efectivo de la ley.

Lady CorbacDonde viven las historias. Descúbrelo ahora