Capítulo 4: Avτío (adiós) Atenas.

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     Sentado en la cama con los brazos cruzados con una sonrisa socarrona en los labios Paul miró fijamente al recién llegado. No sabía exactamente dónde había pasado la noche, pero sí con quién.

―Muy buenos días, para unos mejor que para otros ―saludó clavando su mirada en la intensa mirada azul de Mike, quien a pesar de no haber dormido en toda la noche estaba bien despierto―. Ya creí que no venías y me tocaría cargar tu maleta.

―¿Vas a pasar a la ducha o puedo entrar yo?

―No, no, no, ni sueñes con meterte en la ducha sin contarme que tal con…

―Natalia ―dijo al tiempo que se descalzaba y desabrochaba la camisa.

―¿Y?

―Muy bien, es encantadora, muy simpática, te caería muy bien.

―¿Y?

―¿Y qué?

―¿Qué habéis estado haciendo en las diez últimas horas? Porque has de estar agotadito.

―Hablar ―Se quitó los pantalones ante la estupefacta cara de su amigo y entró en el baño―. Me meto primero, necesito una ducha con urgencia.

     Paul se levantó de la cama, se acercó al pequeño baño del camarote, observó de espaldas a su amigo mientras se metía en la estrecha bañera.

―¿Quieres hacerme creer que os habéis pasado diez horas hablando?

―Así es, eso es lo que ha ocurrido ―respondió con el agua dándole por la cara antes de resbalarle por la espalda―. La verdad no he sido consciente del paso de las horas, te envuelve en la conversación, una pena que no hayamos hablado antes.

―Pero…Pero…Yo creí…―Paul no entendía nada, al principio de la noche Mike le había dicho que de aquella noche no pasaría que se liara con aquella chica―. Pero yo os vi bailando y todos tuvimos claro que triunfabas seguro, emanabais algo especial.

―Bueno, yo también lo creí, pero me sentí tan bien con ella que cualquier otra cosa hubiese estropeado el momento. ―Cerró el grifo―. ¿Me pasas la toalla, por favor?

―¿Me estás diciendo que hubiese sido un mal cierre de viaje un polvo con…con…

―Nat…Natalia… ―respondió secándose bajo la atenta mirada de su amigo, que estaba a la esperaba de una respuesta―. A ver, Paul, está claro que hubiese sido la bomba, pero no me apeteció…

―¿Qué no te apeteció? ―Asombrado preguntó― ¿Cuál era el problema?

―Ninguno, no hay ningún problema, me interesó mucho más conocerla ―contestó, lo hizo a un lado y salió al dormitorio―. Si te vas a duchar mejor lo haces ya, yo no sé tú, pero yo necesito café.

     El sonido del agua le anunció que Marga estaba en la ducha, Natalia se sentó en la cama y se dejó caer de espaldas en ella, era extraño, pero no tenía ni pizca de sueño a pesar de no haber dormido en las últimas veinticuatro horas; estaba segura que caería en brazos de Morfeo en el avión.

―Hombre, la desaparecida, ¿dónde has pasado la noche? ―Secándose el pelo dijo desde la puerta del baño.

―¿Y tú? Esta cama está demasiado perfecta. ¿De verdad te has liado con Andreas?

―No he hecho nada que tú no hayas hecho con tu inglesito.

―Entonces habréis pasado hablando toda la noche.

Cinco días WATTYS 2021 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora