Capítulo 3: De Rodas A Atenas

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      Al día siguiente el hilo musical volvió a despertarlos igual de temprano, Rodas los esperaba en un par de horas. Allí pasarían toda la mañana y la tarde visitando su ciudad medieval y el pueblo de Lindos. Mike y Natalia no se cruzaron en todo el día, lo cual fue curioso porque ambos realizaron las mismas excursiones. Cierto que los dos estaban centrados en sus amigos, disfrutando de la isla, del sol, la comida y las diversas copas.

     A las seis todos estaban a bordo del barco, que nada más haber recuperado a todos sus pasajeros zarpó rumbo al siguiente puerto, Heraklion en Creta al que, una vez más, llegarían bien temprano por la mañana. Tras la tempranera cena, en la que las chicas compartieron mesa con Andreas, hecho que no pasó desapercibido por Mike y sus amigos, sin imaginar que al guía no era Natalia la que le atraía sino Marga, llegó un nuevo espectáculo de música y baile. Una vez más uno de los bailarines, sin esperar su respuesta afirmativa, sacó a bailar a Natalia, al haber comprobado el día anterior su destreza con los pies, para que los acompañara en una de las danzas.

―Andreas es increíble ―Una vez en la cama comentó Marga―. La verdad es que tiene un cuerpo impresionante, es guapo y la conversación le acompaña.

      Natalia encendió la luz, se sentó en la cama y miró seria a su amiga.

―Marga, no metas la pata. No jodas lo que tienes con Daniel por un tío al que no volverás a ver en tu vida.

―Primero ― Marga imitó a su amiga, se sentó en la cama y la miró retadora. ―, yo no he dicho que vaya a pasar algo con él. Segundo, no sería ni la primera, ni la última que se diera una alegría en su despedida de soltera. ¿Por qué no?

―¿Tú te estás oyendo? ¿Te gustaría que te lo hiciera Daniel?

―Mientras yo no me entere.

―¿Hablas en serio?

―Natalia, no me seas puritana, no se trata de amor, solo sería un polvo y ya.

―No es puritanismo, se trata que en menos de una semana te casas con Daniel, no entiendo que estés barajando la opción de tirarte a otro tío. ¿No estás enamorada de Daniel?

―Sí, claro que estoy enamorada de Daniel.

―¿Entonces?

―Solo es sexo, Natalia ―Le puso los ojos en blanco a su amiga al tiempo que levantaba las manos como si clamara al cielo―. Tú debieras aprovechar la oportunidad y tirarte al buenorro del inglés.

―No te conozco, de verdad, no te entiendo.

      Con cara de total incomprensión Natalia apagó la luz y se acostó en su lado de la cama.

*****  

     Bien temprano, el hilo musical del barco no se había puesto en marcha, Mike salió a cubierta, el ligero movimiento del barco lo había despertado y optó por levantarse, calzarse sus deportivas y salir a correr, tal y como hacía cada mañana, solo que esta vez sustituiría las frías calles londinenses por las cubiertas del barco. Sudoroso llegaba a la cubierta de proa cuando descubrió la sombra de una mujer que parecía realizar yoga en ella, aminoró su marcha y bajó el volumen de sus auriculares, como si las voces de The Corrs le dificultaran la visión. Durante un rato la observó en silencio realizar sigilosa los más extraños movimientos para él.

     Natalia absorta en su propio mundo interior no lo vio, ni tan siquiera escuchó, en aquel momento solo escuchaba a su yo interior mientras disfrutaba de poder realizar sus ejercicios en una cubierta con el bello horizonte en frente en vez de en su terraza con más edificios alrededor.

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