Capítulo 9: Casiopea en París.

230 35 33
                                    

      Las suaves caricias de los dedos de Eduardo recorrieron su espalda antes de perderse en su enmarañada melena y enredarse en su pelo, Natalia abrió los ojos, se encontró con la mirada de él antes de sentir la humedad de sus labios sobre los suyos al tiempo que sus lenguas comenzaron a danzar sin la menor de las prisas. Era temprano, ni tan siquiera había amanecido, pronto se habían acostado porque ella estaba demasiado cansada para trasnochar una noche más.

      Los primeros cantos de los pájaros se mezclaron con el sonido de sus cadenciosas respiraciones mientras sus cuerpos se estremecían de placer bajo las manos del otro hasta culminar en un desenfrenado y simultáneo orgasmo.

―Mmm… Te he echado de menos ―Eduardo murmuró sosteniendo su cara entre sus manos para volver a besarla.

      Natalia se limitó a sonreír, no podía decir que lo hubiese echado de menos, porque le habría mentido, de hecho, comenzaba a sentirse mal por estar con él cuando, en realidad, ansiaba estar con otra persona.  

―¿Te apetece que para fin de año vayamos a algún sitio? Es hora de comenzar a hacer planes.

―Er…No lo sé, la verdad es que no había pensado en nada.

―Fin de año cae en jueves, es ideal para irnos cuatro días a cualquier sitio. ¿No te apetece?

―No lo sé, Mi… ―se calló de golpe al darse cuenta del nombre que iba a decir. Aliviada se sintió al darse cuenta que él no se había percatado de su error―. Edu, pensamos en estos días y decidimos ―Lo besó―. Ahora me voy a la ducha que hay que ir a trabajar.

―¿Admites compañía para que te enjabone la espalda? ―Besó su hombro derecho y sin esperar respuesta alguna la siguió al baño.

      El suave tintineo de unas campanitas se coló en su sueño haciéndole abrir los ojos. Extrañado por recibir mensajes cuando no debían ser ni las seis de la mañana estiró el brazo y palpó sobre la mesita de noche antes encontrar el móvil sobre el libro que había estado leyendo la noche anterior.

 

Natalia

Buenos días, soy lo peor, prometí enviarte mensaje al llegar y ni tan siquiera saqué el móvil del bolso. El viaje bien y el sueño reparador.

Ups…Acabo de darme cuenta que ahí no son ni las seis, espero no haberte despertado.

     Medio dormido leyó y releyó el mensaje de Natalia y dio inmediata contestación.

Mike

Buenos días, dices que yo no te dejo dormir, pero tú me despiertas cuando ni los pájaros lo han hecho en esta fría y triste ciudad.

Natalia

Lo siento, señor sueño sensible. Yo espero que la cafetera termine su trabajo, vuelve a dormirte.

Mike

Ahora ya no volveré a dormir, aprovecharé para deshacer la maleta que anoche me metí en la cama al poco de llegar.

Natalia

La mía esperará a que regrese del trabajo esta tarde.

Mike

¿Tu tatuaje?

Natalia

El tatuador fue un chapuzas, ayer mismo se borró bajo la ducha.

Mike

¡Vaya! Habrá que volver a dibujarlo.

Natalia

Cinco días WATTYS 2021 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora