Capítulo 10: Conociendo a Nessie.

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      Diciembre casi tocaba a su fin, las calles de ambas ciudades eran un bullir de gente corría de tienda en tienda en busca de regalos idóneos que colocar bajo el árbol de navidad. Los mensajes entre los protagonistas de nuestra historia también se vieron multiplicados, no se habían convertido en diarios, pero ya no era necesario esperar por excusa de comentar una foto publicada; de manera habitual se saludaban y preguntaban cómo iba la semana. La única barrera que, sin ponerse de acuerdo, no traspasaba ninguno de los dos era la de preguntar por su vida sentimental; Mike no le preguntaba a ella, por eso, no se enteró que Eduardo y ella habían pasado de la cama a compartir alguna que otra copa tras el trabajo, a compartir charlas y risas alrededor de una cena con amigos, dándose cuenta que podían ser amigos. El mismo motivo hizo que Natalia tampoco supiera que Mike había dado carpetazo al tema Samantha tras su absurdo ataque de celos.

      Los amigos de Mike, especialmente Paul, no volvieron a sacar el tema Natalia en sus conversaciones, al comprobar que su amigo eludía la idea de cualquier posible romance con la que ya consideraba una amiga. Como si de la misma cara de la moneda se tratase las amigas de Natalia también dejaron a un lado el tema «inglesito» para pasar a no entender la relación de Natalia con Eduardo.

―Déjame que lo entienda, me estás diciendo que Eduardo vendrá contigo a la cena de fin de año, pero como amigo, ¿es eso lo que nos acabas de decir? ―Miriam no terminaba de entender aquella amistad que, de pronto había surgido entre su amiga y el chico con el que todas creían que salía.

―Exacto, has entendido perfectamente. ¿Brindamos? ―Alzó su copa―Yo no sé vosotras, pero yo aún he de terminar de hacer mis compras de navidad, así que entre antes nos pongamos en marcha mejor.

―Un momento ―comentó Sira―, ¿qué pasó? ¿Qué coño sucedió para que rompierais y ahora seáis amigos?

―No pasó nada, nunca fuimos pareja. No me cansé de decíroslo en su momento, pero ninguna me creyó, el problema es que nosotros mismos empezábamos a confundirnos.

―¿Pero os acostáis? ―La pregunta de Elisa captó la atención de todas.

―Sí, claro, él en su cama y yo en la mía―Se burló Natalia consiguiendo la sonrisa cómplice de Ana, especialmente al ver la cara de su amiga y vecina―. Chicas, no todo en esta vida es sexo y se acabó el tema Eduardo, si queréis saber algo más se lo preguntáis a él cuando lo veáis. ¡Por nosotras! ―Alzó la copa una vez más en un claro intento de dar por zanjado el tema.

―Un momento ―interrumpió Marga―, Natalia necesito decirte algo.

―Si es de Eduardo pasa de mí, solo somos amigos.

―No, no es de Eduardo ―contestó mirándola a los ojos―, pero fíjate me alegro que venga contigo a la cena.

     Natalia miró a su amiga, de pronto, entendió lo que intentaba decirle y parecía costarle hacer.

―Entiendo perfectamente que Daniel lo invite, es amigo suyo, tiene el mismo derecho que tú a invitar a sus amigos.

―Ella también viene.

―No pasa nada, de verdad, no te preocupes. No voy a dejar de festejar con vosotras por esos dos. Y ahora ―Una vez más alzó su copa―, ¡por nosotras!

―¡Por nosotras! ―repitieron todas.

     Aquel sábado de diciembre previo a las vacaciones de navidad, no solo Natalia y sus amigas celebraron su comida de Navidad, una comida similar se celebraba a poco más de mil doscientos kilómetros de distancia.  Las risas, los brindis, los buenos deseos y las carreras por encargarle algún regalo de última hora a Santa Claus se repetían en la mesa compartida por Mike y sus amigos, que se despedían hasta el año siguiente, pues, Mike no volvería hasta año nuevo a Londres.

Cinco días WATTYS 2021 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora