Capítulo 13: Amigos...

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―Gracias…

―No seas tontita.

     Eduardo la acorraló junto a la puerta, aún no había empezado a amanecer, tenía que ir a su casa a ducharse y cambiarse de ropa.

―Escúchame atentamente ―Sin soltarla la miró a los ojos―. Si me necesitas llámame y aquí me tendrás. Ojo, no hablo de sexo, que también ―Le guiñó un ojo―. Si necesitas hablar con alguien, no dudes en llamarme, ¿entendido?

―Entendido… ―Esbozó una ligera sonrisa.

―Prométeme que me llamarás, no vuelvas a encerrarte a llorar y engullir helado.

―Te lo prometo, las lágrimas y el helado pertenecen al pasado.

―Y las comedias románticas, Hugh Grant queda prohibido, no me obligues a confiscarte los DVDS.

―Está saliendo el tirano que hay en ti. ―Amplió su sonrisa.

―No, a ese no lo has visto salir ―Le pellizcó la nariz―. Solo me preocupo por mi amiga.

―Edu, eres increíble, siempre lo he pensado. Una pena que la química no fluya entre nosotros, me hubiese ahorrado el atracón de helado. Si un día necesitas que dé referencias tuyas a la chica que te guste me lo dices y las escribo.

―Te tomo la palabra ―Rio―.  

     Directa se fue a la ducha, era temprano, la alarma aún no había sonado, pero no le apetecía volver a la cama. Con toda la calma del mundo se duchó, vistió y recogió la habitación, preparaba el café cuando la voz de Adam Levinne le llegó desde el salón,

     Al apagar la alarma el nombre de Mike apareció en el margen superior de la pantalla, el corazón le empezó a latir con fuerza con solo leer su nombre, deslizó el dedo por la pantalla.

―Ja… ―Soltó dolida al ver los corazones bajo su fotografía de Instagram.

      No le dio respuesta, pensó en tampoco darle contestación a su mensaje de WhatsApp, pero sabía que su enfado con él era absurdo, eran amigos y no había ningún motivo real para no responderle.

Natalia

Buenos días, perdona, no vi tu mensaje hasta ahora. Tampoco creo que me echaras tanto de menos, si no tú hubieses dado señales de vida. Buen lunes.

      Abrió los ojos, de manera instantánea estiró el brazo para coger el móvil. Entrecerró los ojos, la brillante luz de la pantalla del móvil molestaba a sus aún somnolientos ojos. Sonrió al ver el nombre de Natalia, a punto había estado de llamarla la noche anterior al no recibir contestación por su parte en toda la tarde.

Mike

Buenos días, en mi pensamiento estabas. ¿Qué tal el fin de semana? Un beso, madrugadora.

     No respondió. Natalia leyó el mensaje, pero no le dio respuesta, sabía que de hacerlo caería en el juego de enlazar mensajes sin descanso y, si algo tenía claro era que aquella cercanía le hacía daño, necesitaba alejarse de Mike para poder ser amiga suya.

Cinco días WATTYS 2021 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora