XXXVI

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El viaje hacia la manada estaba siendo tranquilo, Sam y Dereck estaban rodeos de un silencio cómodo desde el momento en el que se sentaron en el coche.

Ninguno de los dos sentía la necesidad de ocupar el silencio, simplemente disfrutaban del viaje.

– Me muero de ganas de conocer a tus padres – le comentó Dereck mientras miraba por el rabillo del ojo a Sam.

– ¿Y eso? – quiso saber Sam, curiosa.

– Nada, solo que estoy deseando escuchar todas tus historias de niña – reconoció divertido – me muero de ganas de escuchar las mil y una travesuras que hiciste de adolescente.

Sam se ríe divertida por las ocurrencias de su mate y se gira en el asiendo para poder mirarlo mejor.

– Lamento decepcionarte cariño, pero yo siempre he sido toda una dama – le aseguraba ella en tono petulante y orgulloso.

– Ya, seguro ...

– ¡Oye! ¿¡Qué insinúas!? – le reclama divertida.

– ¿Yo? – le pregunta de forma retorica – yo no insinúo absolutamente nada de nada – le dice el mientras sonreía divertido – siempre has sido toda una dama. Mi fuerte, independiente, agresiva y masculina dama – le confirma con tono divertido.

– Dereck, cariño, nadie dijo que una dama no podía tener carácter y ser capaz de dejaren evidencia a un gilipollas que se pasa de listo – le recuerda Sam, mientras le sonreía de forma perversa.

Si no fuera porque Dereck conocía lo suficiente a su compañera y sabía que realmente estaba bromeando, se habría asustado de laspalabras dichas por Sam.

– Yo nunca dije lo contrario.

– Dijiste que era masculina y agresiva – lo acusa mientras hace una mueca de disgusto.

Dereck no pude evitar reírse mientras negaba con su cabeza.

Sam podía desearte la muerte y asegurarte de que te haría mucho daño, y a los pocos segundos ya estaba bromeando y riéndose como si no pasara nada. Definitivamente, ella era única.

– Cariño, mejor cambiemos de tema – le sugiere él mientras intentaba contener su sonrisa.

– Está bien – accede ella, pero su tono de voz dejaba ver que todavía estaba un poco molesta.

– ¿Por qué mejor no me hablas un poco de tus padres? – le sugiere Dereck – lo único que se de ellos, es lo poco que me contaron los chicos y las historias me contó Dilan – reflexiona mientras arruga un poco su ceño.

– Bueno, realmente no hay mucho que contar, mis padres se conocen desde jóvenes, llevan junto desde ... puf, realmente no lo sé. Lo único que debes de saber es que antes de ser pareja fueron amigos y compañeros de fiesta. Mamá ayudada a papá cuando quería ligar con una chica, pero llego un momento en el que mamá empezó a ver a papá con otros ojos y simplemente se le confesó – le cuenta Sam mientras se estiraba en su asiento y cierra sus ojos – al principio papá la rechazó diciendo que solo la veía como una amiga. y aunque mamá lo aceptó rápido y decidió seguir como si nada, papá empezó a cambiar después de la confesión de mamá.

– Wow, tú madre sí que tuvo valor – reconoce Dereck – no conozco a muchas chicas que se hubieran confesado al chico que les gusta y hubieran seguido igual después de ser rechazadas.

– Bueno, mamá sabía que papá no la miraba con esas intenciones, pero pensó que era mejor tener el cierre a no tenerlo. – Le explicaba ella tranquila – mamá es de las que prefiere hacer las cosas a no hacerlas, siempre me ha inculcado a no desaprovechar las oportunidades y hacer todo lo posible para cumplir mis objetivos. Siempre me dice que es mejor arrepentirse de los fracasos en lugar de arrepentirse por no haberlo intentado siquiera.

UN GATO ENTRE LOBOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora