– Abuelo, voy a dar una vuelta por la manada – grita Dilan desde la puerta de la casa.
En el momento en el que Dilan escucha las pisadas apresuradas de su abuelo corre hacia uno de los árboles que rodean la casa y trepa con velocidad.
Para cuando Mateo sale por la puerta, Dilan ya se encuentra escondido entre las ramas más altas, las cuales lo ocultan perfectamente de la vista de cualquiera.
– Maldita sea, llegué tarde – se lamenta Mateo mientras despeina su pelo.
– Tranquilízate Mateo, – le pide Teresa mientras se le acerca – nuestro nieto no es ningún tonto, él sabe cuidarse solo – le asegura ella.
Mateo mira a su mujer durante unos segundos, y acaba bufando desconforme.
– No lo dudo Teresa, pero tú sabes tan bien como yo que la gente de esta manada está podrida por dentro – le recuerda con tono ácido.
Teresa sonríe de forma suave a su marino y se le acerca más para abrazarlo por la espalda y apoyar su mejilla en la espalda de su marido.
– Claro que lo sé viejo chocho, – le confirma – esta gente nunca ha sido tolerante con las personas diferentes. – Le confirma ella – pero no por eso puedes encerrar a Dilan durante toda su estancia, el pequeño tiene que salir de casa, no puede estar todo el día aquí, solo porque temes que vuelva a pasar lo mismo – le recuerda ella. – El chico llegó hace unos días y todavía no ha podido poner un pie fuera de la casa.
– Sabes que yo no soy el único culpable de eso Teresa – le dice él mientras se vuelve y la abraza – tú hija está actuando como una autentica paranoica – dice divertido – quiero a nuestra niña, pero dios, debería controlar sus impulsos de mamá oso sobre protectora – se queja Mateo divertido.
Al escuchar esto Teresa explota y acaba retorciéndose de la risa entre los brazos de su marido mientras niega con su cabeza, divertida.
– Hablo el burro de orejas ... – le dice burlona.
Desde su posición Dilan hace un gran esfuerzo para no secundar las risas de su abuela. La cara de su abuelo es demasiado ...
Su abuela era única.
– ¿Qué insinúas mujer? – le pregunta Mateo jocoso.
– Nada ... solo digo que me parece gracioso que hables de la actitud sobreprotectora de nuestra hija, cuando tú estás actuando igual o peor que ella.
Dilan asiente conforme con lo dicho por su abuela, y sonríe feliz en el momento en el que ve como su abuelo abre la boca dispuesto a replicar, pero al darse cuenta de la razón que tiene su mujer se ve obligado a cerrarla.
– Esta vez ganas tú – reconoce él entre diente – la próxima la ganaré yo – le asegura son una sonrisa burlona.
– Claro que si cariño – le dice Teresa con tono burlón mientras palmea la mejilla de su marido y le sonríe divertida.
Mateo agarra la mano de su mujer y la retira de su cara, mira a los ojos a Teresa para justo después plantarle un beso suave en los labios.
– ¿Cómo es posible que a pesar de los años sigas pareciéndome tan guapa e irresistible como el primer día? – le pregunta con ojos brillantes.
Teresa le sonríe de forma dulce y le devuelve el beso.
– Son mis poderes de bruja – le dice divertida mientras se suela – anda, ve a buscar una cazadora, que quiero salir y dar una vuelta por nuestro lugar secreto – le dice con voz dulce.
Mateo le sonríe una vez más a su mujer, para justo después ir dentro de la casa en busca de unas cazadoras.
Justo en el momento en el que Mateo entra a la casa Teresa se gira hacia el árbol en el que sabe que se encuentra Dilan y le sonríe dulce a su nieto.
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UN GATO ENTRE LOBOS
WerewolfSam decide adoptar al pequeño Dilan tras ver como las cuidadoras del orfanato maltratan al pequeño gato. A partir de ese día, madre e hijo tendrán que enfrentar muchos problemas y dificultades para llegar a su final feliz. 🚫 No está permitida la co...