La cita de Sam y Dereck no fue nada fuera de lo normal, se la pasaron caminando por las calles de la manada mientras intercambiaban alguna que otra palabra, de hecho, el ambiente entre ambos era un poco tenso.
Ambos querían hablar con normalidad, pero cuanto más intentaban actuar normales más forzado se sentía todo.
– Dereck, esto no está funcionando – le dice Sam cansada de todo.
– Pero Sam ...
– No en serio, escúchame – lo corta ella – estamos forzando demasiado las cosas, es obvio que no funciona – le dice ella apenada.
– Sam por favor, no sigas ... – le pide Dereck desesperado.
– Te propongo algo – sigue hablando ella sin ni siquiera inmutarse por las palabras de su compañero – empecemos de nuevo. Hola, soy Sam, centinela de la manada – le dice mientras le extiende la mano y le sonríe.
Dereck tarda unos segundo en reaccionar, pero rápidamente se repone y estrecha la mano de su compañera. Ambos sienten perfectamente esa pequeña chispa en sus manos, signo inequívoco de que son almas gemelas.
– Mucho gusto, soy Dereck, beta del alfa – le responde con una sonrisa dulce.
Después de ese pequeño paréntesis todo fue mucho más tranquilo, Sam y Dereck estaban un poco más relajados, ambos conversaban sobre cualquier cosa que se les ocurriera. Mientras Dereck le hablaba a Sam sobre su adolescencia en la manada y del día en el que se fue de esta para buscar a su mate.
Sam por su parte intentó contarle a Dereck como fue vida que llevaron ella y Dilan en su antigua manada. Le habló sobre su niñez, sus padres y sus compañeros centinelas, no le comentó las dificultades que tuvo que pasar para ser aceptada entre los centinelas ni del acoso que recibió de algunas de sus compañeras de clases por no querer seguir los estándares de su manada. Y mucho menos le habló sobre todo lo que tuvieron que pasar ella y su hijo a lo largo de los seis años que vivieron en la manada de Samuel.
Esas eran sucesos que no quería recordar, para Sam era difícil hablar sobre todo ello. Ella había sido muy feliz en su antigua manada, había hecho muchos amigos y muchos recuerdos inolvidable, pero también es verdad que ella y su familia habían vivido cosas horribles.
Las dificultades que pasó para ser centinela, las burlas que recibían sus padres porque Sam no era como el resto de las chicas de su edad. El rechazo del resto de la manada cuando Dilan se convirtió en su hijo, el odio y el asco visibles en la mirada de sus amigas de la infancia cuando les presentó a su hijo, el desprecio de los cachorros de la manada hacia Dilan ... todos esos recuerdos que por mucho que quisiera borrar seguían hay, recordándole que no todo siempre podía ser perfecto y que en tan solo un momento todo puede cambiar.
– No puedo creer que le hicieran eso – le decía Dereck divertido después de escuchar una de las tanta historias que tenía Sam sobre las travesuras de su hijo – me hubiera encantado estar aquí para verlo – admitió mientras se reía.
– Conociendo a Dilan y a William no transcurrirá mucho tiempo antes de que hagan otra – le aseguró ella.
Las risas siguieron a lo largo de toda la tarde entre ambos, conforme más hablaban más atraídos se sentían entre ellos. Dereck se dio cuenta de que Sam era tal y como Jordán la describía, una mujer fuerte e independiente que lo daba todo por su hijo, y eso le fascinaba.
Sam por su parte se dio cuenta de lo tonta que fue, Dereck era el indicado, no solo porque fuera su mate, era porque al estar con él se sentía segura. Sentía que podía ser ella misma y expresarse tal y como quisiera, era agradable estar a su alrededor y no era solo porque fuera su mate, era más que eso.
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UN GATO ENTRE LOBOS
WerewolfSam decide adoptar al pequeño Dilan tras ver como las cuidadoras del orfanato maltratan al pequeño gato. A partir de ese día, madre e hijo tendrán que enfrentar muchos problemas y dificultades para llegar a su final feliz. 🚫 No está permitida la co...