UN GATO ENTRE LOBOS

XXII

Después de unas buenas vacaciones de navidad el tiempo corrió, los años fueron pasando sucesivamente. Antes de que se dieran cuenta ya habían pasado seis años desde que llegaron a su nuevo hogar.

Como era de esperarse el tiempo había hecho mella en ambos, Sam siempre había sido guapa, pero con el paso del tiempo su belleza solo se acentúo aún más. Dilan por su parte tampoco que se quedó atrás, con el paso de los años sus rasgos aniñados fueron desapareciendo poco a poco, aunque no completamente.

Pero esto no fue lo único que cambio, con el paso de los años el número de pretendientes que tenían madre e hijo fue en aumento, aunque ninguno de los ellos era consciente de esto.

Sam siempre había sido un foco de atención entre sus compañeros centinelas, no eran comunes la mujeres como ella. Sam no era como todas las demás, tenía carácter, sabía defenderse y era una estupenda madre, muchos ya le habían echado el ojo, pero ninguno era lo suficientemente obvio como para que Sam se diera cuenta de las intenciones que tenían con ella.

Y bueno ... Dilan tampoco era muy diferente de su madre. El chico simplemente vivía en las nubes.

A lo largo de esos seis años muchos se habían acercado a Dilan con la intención de conocerlo más, pero siempre eran espantados por Rouse y Mike, ya que ellos impedían el acercamiento de cualquier persona que pudiera tener dobles intenciones con el pequeño.

De hecho, Mike llevaba años intentando cortejar al joven felino. Desde pequeños, Mike siempre demostró especial interés en Dilan, pero daba igual lo mucho que Mike se esforzase en llamar la atención de su amigo. Para Dilan, Mike era simplemente un amigo especial.

El despiste de Dilan era tal que incluso Rouse, que en un principio también demostró interés en su amigo, empezó a simpatizar con su revoltoso amigo. Y sí, estoy hablando en el paso, porque en el momento en el que Rouse cumplió sus diez años fue cuando encontró a su mate.

Su mate no era otro que Luis, su amigo de la infancia, el cual estaba interesado en Emma y esperanza ser el mate de esta.

Emma por su parte no estaba interesada en Luis. Ella siempre había sido muy apegada a su amiga Eva, así que cuando ambas descubrieron que eran mates no tuvieron ningún problema. Eva era bisexual y Emma nunca se había interesado en ningún chico así que cuando descubrieron que eran almas gemelas simplemente lo aceptaron y decidieron intentarlo.

Como podéis imaginar, el hecho que de Luis estuviera interesado en Emma y que él fuera el mate d Rouse originó un montón de problemas dentro del pequeño grupo.

Rouse se pasaba los días llorando por culpa del rechazo involuntario de Luis, y Luis, por su parte solo se lamentaba por haber sido rechazado antes incluso de haber podido confesarse.

Cabe destacar que en este tiempo Luis aun no sabía que Rouse era su mate, así que, cuando Dilan tenía que ir a consolar a su amigo pasaba por un auténtico calvario. El joven gato iba corriendo al baño para deshacerse del olor de su amiga, el cual siempre se acababa quedando impregnado en su piel, ya que Rouse solía aferrarse a él mientras lloraba desconsolada sobre él.

El motivo de que Dilan tuviera que hacer todo eso se debía a que Rouse no quería que Luis descubriera que ella era su mate. La joven loba no quería que Luis se le acercara y la rechazara, pero tampoco quería que la aceptara porque no tenía más opción.

Así que gracias a todo este lio Dilan tuvo que estar de arriba para abajo consolando a sus dos amigos, los cuales no paraban de llorar y lamentarse.

Aunque un día, cansado de todo esto Dilan fue a la casa de Luis y simplemente le gritó.

– ¡Termina ya con esta mierda Luis! – le grita hastiado Dilan – ¡Emma no te quiere! ¡Supéralo de una santa vez!

– Dilan ...