No escuches a escondidas

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- ¡Te he dicho mil veces veces que no salgas con ese tipo, no es de fiar! ¡Él y sus amigos ya esta podridos! -gritó mamá.

- ¿Por qué no? No es de tu incumbencia ¿Acaso crees que son mala influencia? ¡Yo creo que no, creo que son geniales, que saben vivir y aprovechar la vida mamá, no como tú mamá! -oí contestar bruscamente a mi hermana. 

Escuchaba esto desde mi escondite secreto, que hay debajo de la mesa en la esquina que forma el sillón y el mueble que sostiene la tele. 

- No entiendes Karen, esos amigos tuyos ya están perdidos, caídos, y no quiero que te caigas y hundas con ellos! - le contestó enfadada mamá - No he trabajado tanto para que hagas eso. No tienes ni idea de lo mucho que luche por sacarte adelante, lo mucho que sufrí por mis decisiones del pasado.

- ¡Pero qué tonterías dices!

-  ¡Yo te tuve aunque al principio no quería, alguien tan joven como tu no merece esa carga, a mi me hubiera encantado no sentirla a tu edad.!

- ¡¿Crees que yo no soy lo suficientemente responsable para tomar mis propias decisiones?! ¡¿Que voy a repetir tus errores?

-¡Si, y más con esa actitud que tienes! ¡Y si me vuelves a contestar estas en problemas jovencita!

- ¡La que tiene problemas eres tu mamá! tu no sabes que es vivir y nunca lo sabrás! ¡Estás todo el día metida en esta casa, marchita desde hace rato! ¡Yo no quiero ser así, yo quiero vivir! ¡Nadie en esta casa me entiende y tu mucho menos mamá!

- ¿Sabes lo peor? ¡Que yo tenia la misma mentalidad a tu edad!

Tras esas palabras hubo un silencio tal que estuve a punto de salir pero unas palabras me detuvieron.

- ¿Como te atreves a decir eso? ¿Crees que yo nunca fui joven? ¿Crees que no entiendo? ¿Acaso crees que no sentí ni pase por lo mismo que tú? ¿Que este fue siempre mi sueño y mi elección de vida?

- ¡Y si esta no fue elección de vida ¿Por qué sigues aquí? ¿Por qué no te has ido?! ¡Ya vez, no tienes respuesta, jamás comprenderás, no tienes ganas de vivir!

- ¡Muy pronto te arrepentirás de esas palabras, jovencita!

Escuchó un portazo, esperó un rato para salir sin ser descubierto, pero un fuerte olor a polvo que sale de repente del sillón, me detiene.


Llora, mamá llora y moquea fuertemente. Quiero consolarla pero no quiero que me regañe por esconderme aquí, no le gusta que lo haga, pero yo siento que es mi guarida secreta, así que espero. Un ruido sobre mi cabeza mamá toma el teléfono, marca aún moqueando, pero con menos llanto.

- Hola, Maria Luiza, no sé como decirlo. No, mis hijos y marido aun no saben nada. Si, ya sé, pero no sé como hacerlo, como decir el adiós, darle una explicación. Si, lo sé pero ¿si no entienden?Temo más por Neville ¿Que qué pasa con Karen? estoy segura que ella entenderá, tal vez sé alegre, tal vez se arrepienta de todas nuestras peleas, pero estoy segura entenderá, el que me preocupa es Neville ¿Que tal si se queda agarrado a mi mano sin saber que pasa? ¿Que pasara sin sé me queda mirando, confundido, sin saber que pasa? ¿Y si lo tienen que arrancar de mis fríos brazos, llamando insistentemente y llorando a moco suelto? ¿Como le dicen que ya no estoy? ¿Como le dicen a mi niño que ya me fui? ¿Como se lo explico? -Mamá empieza a llorar de nuevo, moqueando y gritando más fuerte que antes- ¿Como le digo a mi bebé que me estoy muriendo?

Mamá llora descontroladamente, sigue hablando pero yo ya no le entiendo. Llora, no sé por qué, intentó salir pero algo impide mi salida, trato de llamar la atención de mamá, pero por alguna razón no me hace caso.

De amor y otras muertesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora