El lugar donde yo quisiera estar

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Calmado, ese lugar es calmado, tranquilo, con montañas altas reflejadas en superficie plana. Con libélulas revoloteando en aquel frágil espejo, dando saltitos y haciendo ondular los nevados picos. El viento suele mover las hojas de los árboles, llevando algunas hasta el lago donde aterrizan elegantemente, jugueteando con las aguas y engañando algunos peces.

El cielo se oscurece cambiando su vestido a través de una gama increíble de colores, pasando por el naranja, rojo y morado. Quedando en un traje negro adornado con pequeñas perlas, diamantes, rubíes y amatistas, surcan de un lado al otro iluminando fuertemente el cielo y tenuemente el suelo.

Aquellos pinos de alto perfil de hojas verdosas se encuentran ahora bañadas por las tinieblas, cobijadas con una tenue capa de luna y el ulular de las lechuzas. El pasto se enciende con luciérnagas imitando el cielo estrellado, los grillos cantan, el viento sopla, los árboles bailan, y las montañas suspiran.

El lago es un pedazo de cielo que extraña su casa, lagrimea a través de sus delicadas cascadas, esperando un nuevo amanecer, cantando con su calmado oleaje. El calor de la mañana hace que libere su aliento empapado y cálido, que se elevan hasta el cielo para reunirse con sus hermanas blancas, felices de estar de nuevo en su celeste casa.

Murmullo de las montañas, con suaves capas blancas, con lágrimas de plata que se juntan con sus hermanas a sus faldas. Suspiro invernal de aquellos gigantes que congelan el alma y añora mi corazón.

Allá las flores de primavera embellecen los campos, colorean el pasto, atraen músicos ambulantes que imitan sus colores y decoran al cielo azulado, con un contraste tan bueno como con el verde prado. El sonido melodioso del día se forma con una orquesta que zumban en los aires, cantantes que habitan en los nidos y melodía que llega de los ríos.

Tranquilo es el lugar, uno lleno de paz y reposo, de sueños calmados y de vistas de óleo, que llena mi corazón con lo entregado. Porque por más que pase el tiempo, las nieblas del olvido nunca ocultarán la imagen en el alma del lugar donde yo quisiera estar.

De amor y otras muertesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora