Amor Joven//Isargas

22.

,,Sácalo, sácalo, por favor sácalo". Entró en pánico. Le dolía tanto, como si tuviera una gran piedra allí que le destrozaría el culo en cualquier momento. Pero al mismo tiempo lo quería que será más profundo y tocó ese punto...

De alguna manera, el dolor desapareció lentamente y fue reemplazado por un dulce placer cuando sus suaves paredes se espesaron alrededor del plug.  La forma lo estaba haciendo sentir lleno y como en el cielo, empujaba la próstata de una manera excepcionalmente placentera y Juan tuvo que taparle la boca para no dejar escapar el gemido.  El hierro frío estimuló la excitación que lo invadió y cubrió su cuerpo con la piel de gallina, pero aún no estaba completamente adentro. Su entrada se ensanchaba cada vez más, sin embargo ya no era doloroso, al revés, estaba presionando la próstata, lo que lo estaba volviendo loco. Se estaba tragando los gemidos y podía sentirlo casi en su destino final.  Solo gracias a su forma clara entró fácilmente, pero Juan lo estaba haciendo intencionalmente lentamente, sabiendo exactamente lo que estaba haciendo.  Finalmente, la última pieza lamió la buena mancha de Martín y si Isaza no apretaba la erección dura, se mojaba los jeans.

,,Buen niño, pegueño". Limpió la mejilla de Martín que estaba mojada por una lágrima y le puso los jeans.
,,¿Cómo te sientes?"  Martín se quedó sin palabras, todavía procesando lo que acababa de experimentar y solo podía mirar al maestro con incredulidad.

,,¿Cuánto...cuánto tiempo...", tartamudeó, tratando de respirar. Por el orgasmo robado, la excitación desapareció junto con la erección, incluso aunque el enchufe todavía estaba tocando su punto sensible. ,,Vete a la clase, estaré aquí en un momento."  Le dio al niño helado un beso en la mejilla y Martín, sin decir palabra, se dirigió a la puerta.  Inmediatamente después del primer paso, sus piernas temblaron por la cantidad de placer que recibió junto con el dolor.  Era ese tipo de dolor que en realidad es cómodo y no puedes tener suficiente, pero es tan fuerte que debilita tus músculos.  ,,Hay que caminar con mucho cuidado”, se rió Juan.

Otro paso, esta vez tuvo que apoyarse en una pared y exhalar el deleite extremo. Unas oleadas de calor lo ruborizaban con cada movimiento que enviaba cosquillas a sus piernas y partes íntimas como mil relámpagos.

,,No-no puedo ..," medio gimió Martín con desgana. ,,Es demasiado..."

,,Si esto es demasiado, imagínate tenerme ahí", enarcó las cejas Juan y asintió con la cabeza en la puerta.  Bebió un sorbo de té, todavía mirándolo con placer.  Fue tan divertido verlo, aunque le gustaría más quitarle la cosa y poner algo más aquí ...

,,No puedo caminar, Juan", siseó Martín entre los dientes, matándolo con vista. Sintió su próstata hincharse y un líquido claro fluir de su pene, si da un paso más, toda la escuela lo va a ver llegar al orgasmo.

,,Bueno...tienes cinco minutos para llegar a clase, así que... "

Martín inhaló y puso una pierna hacia adelante, luego la otra y cuando no empezaron a temblar, lo repitió. Como un pequeño bebé estaba llegando a la puerta, el sudor mojaba su cabello y su parte íntima temblaba cuando la plancha se movió contra el anal. Pero después de unos segundos encontró la manera correcta de lograr no caer.  ,,Te odio tanto."

,,Eso es una mentira, y lo sabes. "

...

,, ¿Te cagaste los pantalones, Vargas?

Oh no.

"Déjame, Villamil, no tengo tiempo para esto". Ni siquiera lo miró y continuó por el pasillo. No se le permitíó caminar tan rápido ni con normalidad, pero al escuchar su voz dejó de prestar atención a su trasero e hizo todo lo posible por desaparecer de la vista de Villamil.

,,O tal vez te penetró el profesor maricón...¿cómo se llama?  Ya sabes, el que parece un conejo feo." Apretó la mochila, le hervía la sangre en las venas. Era como una serpiente. Sus palabras eran como un veneno, atacando constantemente a Martín silbando y mordiendo a veces, pero no con intención de matarlo. Lo único que quería hacer era obligarlo a contraatacar, pisarle la cola para que finalmente pudiera usar el veneno real. Lo de que no se dio cuenta fue que Martín encontró un anticuerpo que lo protege de los dientes.

,,¿Le enseñaste tu pequeño agujero de conejo? Parece que entró ”. Todos lo miraban, esperando otra lucha. La vergüenza lo convenció de detenerse y mirar esos fuegos verdes y venenosos que se reían de él como un demonio maligno.

,, ¿Te encontras con él todos los días para llorar en su hombro porque eres un maricón sucio y él es el único que no está disgustado de tocarte?  Después de todo, dios los cría y ellos se juntan..."

Martín frunció el ceño y apretó los puños. Ahora tenía la fuerza recién adquirida, un poder que obtuvo del mago que le dió la receta secreta. Ya no era ese bebé llorón.

,,Parece que alguien aquí sabe cómo se ve cuando alguien salta a su madriguera, ¿eh?  ¿Experiencia personal?" sonrió y vio caer la sonrisa maligna. Y mientras su sonrisa desaparecía, Martín la ganó. ,,Hetero hetero no se ve, adios".

Y se fue, dejándolo aquí con todos los ojos mirándolo. Ganó de nuevo.

...

,, Okey clase, les voy a dar dos papeles.  Uno en blanco donde escribirás sus respuestas y sus preguntas van a ser en el otro. También habrá tres grupos, A, B y C, por lo que no hay posibilidad de que puedan copiar las preguntas de los demás. ¿Entienden?"

Sentarse era mucho peor que caminar.  Todo el peso de su cuerpo lo empujaba y un placer interminable bombeaba en su cuerpo. Pero sin los toques, no podía terminar, así que lo único que podía hacer era mantener el equilibrio en la línea.

,,Ahora, por favor, ponga todas las cosas de su mesa. Estaré al final de la clase, así puedo ver si alguien mueve la cabeza. Si alguien se da la vuelta, le daré 1, así que comencemos ".

Les dio a todos su papel y se dirigió directamente a Martín.

,,No me hagas caso, sigue escribiendo ".

Martín lo escuchó y llenó la primera respuesta, pero inmediatamente después sintió una mano detrás de sus jeans. Los dedos largos encuentran el agujero y se aseguran de que aún esté dentro. ,,Oh, buen niño, buen niño". Encicló el agujero ensanchado y acarició la piel estirada. Martín apenas mantuvo las vistas adentro, los toques suaves eran demasiado buenos y cómodos. Como un balsamo que convierte el dolor en dulce cosquillas de ángel.

Un cálido aliento en su cuello le hizo darse cuenta de que Juan estaba mirando todas las respuestas. Mientras estuvieran correctas, continuó satisfaciéndolo. ,,Bueno, muy bien", susurraba a veces, solo para asegurarlo, Martín nunca tuvo más confianza, esa fue la mejor motivación.

Pero de repente, Juan se detuvo y en un segundo Martín vio destellos en la oscuridad cuando empujó el plug más profundo que casi se le llega al estómago.  Ni siquiera pudo gritar por la conmoción. ,,Concéntrate, pequeño", le susurró el maestro al oído. La concentración era lo último que tenía, y la erección dura no ayudaba tanto.

En este momento, su punto sensible estaba bajo tanta presión que ni siquiera podía sostener el bolígrafo.  Para empeorar todo, Juan hizo girar el tapón a propósito para provocarlo y la letra de Martín parecía la de un niño de kinder. Le dolía el pecho por los gemidos y las vistas que no dejaba escapar, esto era como una tortura.

Los ciclos continuaron y se hicieron más fuertes con cada respuesta correcta. El conocido calor en sus partes más íntimas se intensificó al igual que el impulso de gemir en toda la clase. Fue cuando Juan se detuvo.

,,Bueno, clase, tienen los últimos cinco minutos, revisa tus respuestas y cuando terminen, dame los dos papeles".

Martín no podía entender cómo era tan tranquilo y profesional, cuando él estaba a punto de desmayarse y a punto de llegar. Su regazo estaba palpitando y sus articulaciones estaban blancas por el puño que estaba apretando con tanta fuerza que las uñas le hicieron agujeros en las palmas. Pero tuvo que esperar.  Tenía que ser paciente. Tenía que merecerlo.

,,Bueno, por favor dame tus papeles y pueden ir...Martín, tú quédate aquí, tengo que hablar contigo ".