Amor Joven//Isargas

20

Juan parpadeó para hacer desaparecer la lágrima y, sin saber qué decir, se inclinó hacia adelante. Las manos de Martín lo abrazaron por la cintura y él intesó el beso, que sólo fue interrumpido por risitas de alegría. 
,,¿Estás llorando?" Martín quiso alejarse, pero Juan lo acercó más, asintiendo sin soltarlo. Presionó su frente contra la de Martín con los ojos cerrados y una sonrisa, esta fue la primera vez en muchos años que finalmente se sintió feliz y tenía a alguien a quien abrazar. Ya no estaba solo, después de años había alguien en el hombro de quien podía apoyarse y llamarlo familia. Finalmente tenía una familia.

,,Yo también te amo, pequeño".

Era tan claro, pero aun así lo emocionó mucho escucharlo así.  Era diferente cuando lo besaba y lo abrazaba, tal vez porque ahora finalmente sabía que no era solo un juego o un romance temporal. Sus labios se conectaron de nuevo con más pasión y lujuria, como si fuera el último, pero seguro que no lo fue.

,,¿Deberíamos irnos, pero podemos seguir después de la escuela?" le guiñó un ojo Juan y le dio el último beso en la frente. ,,Después de la escuela..." repitió Martín en voz baja, todavía sin poder entender que esto realmente sucedió.  Sentía que se iba a quemar, todo dentro de él le hacía cosquillas y quería reír, gritar o saltar muy alto.  ¿Por qué alguien estaría en contra de este sentimiento?  ¿Por qué su madre lo odiaría por sentirlo?  Los únicos que lo odian son probablemente los que nunca lo experimentaron y continuando así...nunca lo harán.

...

,,¿Dónde carajo estabas?" susurró Sofía cuando Martín se sentó a su lado. ,,Con Isaza, ya sabes...por Villamil".  Su voz temblaba y no se estaba concentrando en absoluto, sus palabras volaron a su oído y salieron por otro.  ,,¿Por dos lecciones y media? ¿Por qué tienes los labios tan rojos?" Ella señaló a su boca y él rápidamente se la tapó. ,,¿Martín?"  Sofía jadeó y se llevó la mano a la boca, sonriendo con un brillo extraño en los ojos.  No era el mismo que tenía Isaza, ni siquiera se parecía al que Martín veía en los cafés del hombre.  Rápidamente se dio cuenta de que ella se había dado cuenta e inmediatamente comenzó a pensar en alguna excusa para decir.

,,¿Es una lápiz labial?" dijo en voz baja, todavía con la mano tapándose los labios. Martín tenía dos opciones: responder que sí y humillarse o decir que no y esperar a que ella se diera cuenta, humillarse y meterse en verdaderas problemas. Pero Sofía no estaba tán inteligente, así que tal vez ni siquiera pensaría en algo así, aunque con todos los rumores, sería muy fácil de adivinar.

,,Mi hermana...quería probar algo y no se dio cuenta de que es impermeable, ahora no puedo lavarlo", respondió finalmente y esperaba que funcionara. ,,Ohh, no sabía que tenías una hermana, eso es tan lindo".  . "

Sí...tal vez porque no la tenía.

,,Vargas! ¡Sofía! ¿Quieren hablar en mi lugar? Bueno, adelante ".

Durante la lección, Martín notó la extraña actuación de Sofía y las risitas con miradas de juicio que ella le dirigía.  Estaba convencido de que algo pasaba por su mente y que no era nada de lo que le gustaría.

...

Después de la última clase, Martín corrió rápidamente a la oficina de Isaza muy emocionado y feliz. La serotonina bombeaba por sus venas como un fuerte tambor. Con cada paso estaba cada vez más nervioso y sentía que iba a explotar por todas las emociones.  Respiró hondo, sonrió y llamó a la puerta sin esperar respuesta.

,,Hola, pequeño". La dulce voz fue como un cálido abrazo que atravesó su cuerpo hasta los huesos y debilitó sus músculos. Fue como una inyección de una droga realmente fuerte y después de que fue tirarado por la cintura, la química realmente comenzó.  Juan le frotó la nariz como esquimal y puso cara de conejo, lo que hizo reír a Martín y tuvo que besar a esa hermosa criatura para asegurarse de que es real.

,,Eso fue lo más tierno que he visto en mi vida". El maestro volvió a hacer la mueca, pero esta vez también se rió, empujando a Martín más cerca y se sentó en la silla. Antes de que Juan pudiera darse cuenta de lo que estaba pasando, el niño estaba encima de él,  sentado en su regazo cruzando los botones de la camisa de Isaza. ,,¿Qué vamos a hacer, maestro? " Juan vio, lo único por lo que estaba agradecido era por el hecho de que podia controlar su cuerpo en este momento. Pero aún así, estaba perdiendo el autocontrol mientras la lujuria se estaba apoderando de su cerebro.

Martín se movió y la mano de Juan voló instintivamente a su cintura.  ,,Estoy tan cachondo". Parecía un tomate, no estaba lejos de darse por vencido y poner al chico sobre la mesa. Todos sus pensamientos fueron silenciados y lo único en lo que podía pensar era en esta misma escena pero sin ropa. Martín seguía  moviéndose y deslizando la mano por debajo de los jeans del maestro, en ese momento Juan lo agarró por el cuello y se puso de pie.

,,Tendré que castigarte por esto, pequeño".