𝗈𝗇𝖼𝖾

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*A la reina dua xq estoy obsesionada con physical*

Olivia

— ¿Vienes más tarde? — me pregunto la Alessia antes de separarnos para irnos a nuestras casitas.

— Talvez, si no me quedo dormida — estaba caga de sueño y lo único que quería era ir a mi casita a mimir.

— Bueno — se acercó para darme un beso en la mejilla— Me avisas y te cuidas.

Le tire un beso a mi bestie, busque mis audífonos en mi bolsillo para escuchar un rato de música mientras llego a mi morada.

Mis manos estaban todas pintadas porque la profe nos hizo pintar nuestros sueños. Yo no supe que pintar, como que siento que no aspiro a nada, veo a todos mis compañeros con todo su futuro planeado y me siento super mal por no saber que quiero.

— Buu esa carita de funeral — me sobresalté al escucharlo, él Villa estaba en la esquina con su bici.

— ¿Que haces aquí? — le pregunté altiro, si bien sabía donde buscarme por el otro día que me vino a dejar es raro que esté aquí.

Diría que es de psicopata pero yo lo seguí, así que estamos a mano.

— Un hola por lo menos po escobita — contraatacó ante mi pregunta.

— ¿Escobita?— si era un sobrenombre, era el más penca que se pudo ocurrir — ¿ahora soy bruja? — me cruce de brazos esperando su brillante respuesta.

— Bajale un cambio — levantó ambas manos en señal de derrota — Tirame un hechizo ahora po.

— Yapo, ¿que andai webiando?

— Estaba aburrido y quiero ir a rayar — se encogió de hombros— y me dije porque no invitar a la señorita Olivia para que aprenda y aquí estoy po.

Me mire el uniforme, la caga de jumper estoy segura que se iba a ensuciar pero me daba paja cambiarme, además un poco más de pintura no le afecta a nadie.

— Me llevai en la bici sipo, que me duelen las patas — me acerque, él se acomodo en su bici y espero a que me subiera.

— Afírmate que no tengo frenos — dijo tranquilamente.

¿Como chucha puede estar así de tranquilo si no tiene frenos? que wea.

— ¿¡Que!? — pegue un grito pero al Villa ni le afecto porque empezó a andar altiro. 

Él weon iba de los más tranquilo, como si no llevara a alguien con él. Yo solo me afirmaba fuerte de sus hombros y trataba de mantener el equilibrio en los posapies.

Ya en un parte con mucha menos gente empezó a disminuir la velocidad, estábamos detrás de los edificios las panderetas estaban con distintos graffittis pero las más lejanas estaban vacías.

Paramos en las que estaban vacías, ambos miramos con atención las panderetas.

— ¿Y si nos pillan los pacos? — pregunté.

— ¿Le tení miedo a los pacos? — pregunto divertido— ¿Que tení, diez años?

— A ellos no, son puro weon— negue con la cabeza — pero cuando mi mamá me valla a buscar a la comisaría, a ella si le tengo miedo.

— Entonces tu arrancas y yo me hago el weon.

— Mejor arrancamos los dos po, tú bici no tiene frenos y capaz que llegue a la comisaría sin poder frenar.

Me quedo mirando con cara de duda, no se si no me escucho o se esta haciendo el weon.

— ¿Que dijiste?

Claramente no me escucho.

— Oh Villa me haz roto el corazón— dramatice con ambas manos en mi pecho, en realidad soy de las mismas casi nunca escucho cuando me hablan.

— Me fui en la vola po, no te escuche.

— Andai en la mea volaaa — le hice burla.

— Tu parece que andai vola todo el día— se rió— ¿le compraste al Julian?

— Solo lo ayudamos con su emprendimiento — me encogí de hombros.

— ¿Y cuanto les cobro?

— Como siete mil — recordé.

Él Villa soltó un carcajada — Se las cago rico — comenzó a reírse más fuerte.

— Pero si el weon nos dijo que son tiempos difíciles.

— Eso fue hace como tres meses po — se siguió riendo.

Sabia que nos estaba cagando con el precio, pero tampoco es algo que lo pueda googlear.

— Y yo que pensé que le habíamos hecho de oro.

— Mientras ustedes iban él Julian ya venía de vuelta.

— Lo peor es que ni siquiera la fumamos.

— ¿Queeee? están mal, muy mal — paso su mano por su cuello, al darse cuenta que este estaba vacío se sobresaltó. De seguro tenia alguna cadena y se le perdió.

Tiro su mochila en el pasto y se sentó, comenzó a buscar desesperadamente dentro de ella.

— Apuesto que estas buscando un pito — bromee.

— Ojalá— siguió buscando, sus cosas sonaban y chocaban contra lo que supongo eran las latas de pintura.

Suspiro frustrado, revisó sus bolsillos pero sus manos seguían vacías.

— ¿Que quiere pintar señorita? — me miro y sonrió como si tratara de evitar algo.

finges bien Dean, digo, Villita.

¿Que es lo que más te enoja?

— El tiempo — soltó sin pensar, como si supiera perfectamente de lo hablaba.

— ¿El tiempo?

— Aveces las personas más hermosas tienen poco tiempo en esta mierda de mundo, y aunque ellas traten con todas sus fuerzas o te juren que estarán siempre — suspiro— al final se les acaba su tiempo.

Nunca lo había pensado de ese modo, talvez sea porque nunca he perdido a una persona importante, siempre han sido las mismas personas a mi alrededor y nunca me he alejado de ellas.

— Escobita — me llamo.

— Perdón, perdón me fui en mi vola.

— No si me di cuenta — se paro, de su mochila saco una lata de pintura— Pero siendo menos profundo a tu pregunta, lo que más me enoja son las injusticias de este país culiao.

— Y los pacos.

— Y los pacos — afirmó.

— ¿Acab?

— Acab — volvió a afirmar, en su rostro se dibujó una sonrisa maliciosa.

Camino hasta la pandereta que estaba vacía, con la lata en su mano comenzo a rayar. No era un dibujo, era el acab en grande.

— Tu las pintas — dijo al terminar de hacer las rayas — En la mochila hay más colores.

¿Me esta diciendo que revise su mochila?

Bueno capaz pillo el celular de la Alessia.

— Permiso — tome su mochila y la abrí, habían un montón de latas todas choreadas de pintura.

Saque las latas una a una, las ordene por tamaño. El Villa se agacho y miro con atención la filita de latas, tomo dos de estas y volvió a la pandereta.

— Morado — dijo — buena elección — me giño el ojo y siguió pintando.

Conchetumadre no tengo mariposas en la guata, son como dinosaurios.

Picao a flaiteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora