𝖽𝗂𝖾𝖼𝗂𝗈𝖼𝗁𝗈

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se puede decir q este capítulo esta entre el dieciseis y el diecisiete pero también es lo que viene después, se que es raro pero espero lo entiendan❤️

Dafne

Mis quequitos magicos se vendieron de maravilla.

Era obvio si me habían quedado más ricos que la chucha, bueno según él Julian y a ese weon le gusta cualquier cosa. Por algo aun llora por la Javiera.

Yo no los probé porque sabía que si me gustaban no iba a vender ni una wea y me los iba a comer sola.

En el liceo se los pelearon, al menos a nadie se fue en la palida en clases porque sino mis ventas funaban.

Ahora me voy a juntar con unos weones de un colegio que queda cerca. Igual hice que ellos vinieran para acá porque que paja caminar.

Él Eider va a mi lado alegando con su mamá porque según está pidiendo muchas cosas por internet. Todo en este weon es excéntrico desde su ropa hasta su nombre.

— Oye, ¿y si pedimos sushi? — propuso alegremente.

— ¿Tení plata?

— No.

— Terrible no vas a poder comprar.

— Buu Dafne, rajate po.

— Estai weon, si estoy juntando la plata.

Este weon me gasta la poca plata que logro juntar, al final siempre me termina tentando y compro igual.

Llegamos a la plazuela en un ratito, nos quedaba ridículamente cerca del liceo.

Revise mi celular para ver si tenia un mensaje de los weones, tenia dos; uno decia que ya habían llegado y el otro era una foto del lugar exacto de dónde estaban.

— Están allá— apunte en una banca frente a la avenida.

— Ay te espero aquí — me dijo el Eider al verlos — me da ansiedad social.

— Eider me estay webiando — le reclame, se supone que venía conmigo porque quería ver a los weones. Según él, en el liceo hay puro hetero y necesita conocer a más gente.

— No es joda, anda tú te espero — se sentó en la banca, no le iba a seguir insistiendo porque no le ruego a ningún weon.

— Déjame tú celu — me pidió antes de que me alejara más, este weon ni para presta luca le alcanza donde se compra tantas weas.

No se lo tire por la cabeza porque es mi celu y no tengo plata para comprar otro.

— Te adoro, Daf— me agradeció el weon, lo más patero existente.

Camine hasta la banca en la que según estaban los weones, eran solo dos que se reían entre ellos.

Uno tenia su pelo clarito como rubio oscuro, del mismo color que el mío y del Dean. Al verme le pego en el hombro a su amigo y este se dio vuelta.

— ¿Dafne? — dijo él weon, asentí y me termine de acercar a ellos.

Definitivamente el de pelo claro era más lindo, además que no me quitaba la mirada de encima. No me ponía nerviosa en lo absoluto, él Eider me tenía curada de espanto y anti-hombres aunque a él le gustaran.

Le entregué la bolsita con los queques a su amigo y el me paso la plata, la revise para asegurarme que estuviera toda.

— Bueno, gracias— dije, me di media vuelta y camine para ir donde él Eider.

Picao a flaiteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora