Dean
La Olivia pintaba con delicadeza las letras que había hecho. Ella se dió cuenta que la estaba mirando pero no le quite la mirada de encima.
— No era tan difícil — dijo con una sonrisa.
— Te frenabas solita — me encogí de hombros.
— Ti frinibis siliti — rodó los ojos y yo me reí.
Se volvió a concentrar en el graffitti, para ser su primera vez lo hacía bastante bien aunque por la intensidad con la que estaba pintando estoy seguro que se le estaba acabando la pintura.
— Sin gastarse toda la lata nomas.
— Mierda — dijo, se acerco la lata al oído y la agito. Se sobresalto al escuchar que la lata ya estaba casi vacía.
La escobita me miro buscando una solución.
Con la lata que tenía yo pinte lo que faltaba, mi lata era de color blanco así que le serviría como base y así no tiene que pintar tantas veces.
— Técnicas milenarias mi lady.
— Un hombre que sabe mucho — dijo y volvió a pintar.
No es porque lo estemos haciendo nosotros pero puta que esta quedando pulento el graffitti, definitivamente el morado le da el toque.
— Villa, ¿te puedo preguntar algo?
— Ya me lo preguntaste.
— Bueno igual te voy a preguntar— se encogió de hombros— ¿Porque siempre andas con ese gorro? ¿tení piojos o que?
Le podría decir que es porque me da frio en mis orejas pero eso le quitaría lo divertido del momento.
— Es que ya no me queda pelo — fingí tristeza— por las quimioterapias.
Su boca casi le llega al piso, quedo blanca como un papel y evito mi mirada avergonzada.
Por copuchenta le pasó.
— Villa, perdón.
— Mira se te cayó un papel— apunte al suelo, la pelo de escoba miro con atención a donde apuntaba pero se decepcionó al no ver nada — El papel de weona que hiciste al creerme.
— Eri como el hoyo — me pegó en el hombro— pensé que la había cagando— se tapo su cara con sus manos, avergonzada.
No podía parar de reírme, bueno tampoco es como que quisiera. Su cara de susto fue impagable, además no sabia donde esconderse de la vergüenza.
— Por un momento quise ser como una avestruz y esconder mi cabeza bajo tierra.
— Tu cara fue impagable.
— Deja de reírte po — reclamo como cabra chica — creo que termine — cambio el tema.
— Nos falta algo chiquito— busque el plumón en mi mochila— pero muy importante.
Aunque mi firma era lo más penca, siempre la pongo. En una esquina puse mi nombre y después le pase el plumón a la escobita.
La Olivia se agacho y quedo mirando por un segundo, al parecer estaba pensando con que nombre firmarlo.
escobita
Escribió junto al mío.
Me entrego el plumón sonriente y se fue a sentar al pastito. La seguí y me senté a su lado, no sin antes guardar todas mis latas.
— ¿Cual es su significado? — apuntó a uno de mis tatuajes en mi mano.
— ¿Solo de este? — me asegure de que solo me pregunte por uno.
— Pensaba preguntarte uno a uno.
— Te propongo algo.
— Te escucho.
— Cada vez que salgamos me puedes preguntar el significado de uno de mis tatuajes.
No le iba a decir que la mayoría de ellos me los hice porque me parecían lindo o porque mi compa de los tatuajes necesitaba practicar en alguien y yo era el único que se ofrecía.
— Uhh pero que buena propuesta, ahora me tendrás que soportar más veces en la semana.
— Estoy dispuesto a hacer el sacrificio.
— Muéstrame tu mano — estiró sus brazos y abrió sus manos para recibir las mías.
— ¿Me vas a leer la suerte? — la webie antes de mostrarle mi mano.
— Ridiculo — negó y se dirigió su mirada a mi mano.
Me ponía nervioso que la mirara tanto, ninguna chica además de la Dafne me ha tomado la mano y menos ha mirado mis tatuajes.
Algunos de ellos solo están ahí y no me interesa que me pregunte por esos, pero hay unos en específico que no se si los podré explicar.
— Esta rosa — apuntó a la pequeña rosa que estaba en la parte posterior de mi mano.
— La eligió mi hermana, en ese tiempo estaba obsesionada con la bella y la bestia.
— ¿Y cuantos años tiene?
— Creo que quince.
— ¿Creo? — se rió.
— Para mi sigue teniendo diez años.
Se rió— ¿es como tu guagua?
— La guagua más manipuladora que existe, pero no se que sería sin ella — dije — pero que no se entere que la quiere porque se va a aprovechar el doble.
— Igual entrete tener hermanos, lo único que tengo son dos copias de hermanastros y más encima se odian entre ellos.
— Puro amor para tus hermanastros — me reí.
— Para la Alena si, para el Fredy ojalá se lo tragara la tierra — reclamo en contra del que supongo que es su hermanastro.
Saco su celular del bolsillo y reviso la bandeja de mensajes, tecleó rápidamente para después volverlo a guardar y volver a ponerme atención.
— Mi mamá me pregunta dónde estoy— dijo — Mejor me voy porque cree que estoy con la Alessia.
— Olivia, no lo esperaba de usted — me lleve la mano al pecho fingiendo sorpresa— mintiéndole a la mamá, que feo.
— ¿Y que querías que le diga? — hizo la seña de teléfono con su mano y la puso en su oído — Mami estoy pintando panderetas con él weon que le robo el celular a la Alessia.
Me reí — Al menos eso es honesto, aunque me da risa como aun no superas lo del celular.
— Lo usare cada que me acuerde — dijo victoriosa— bueno, me viro vampiro.
La Olivia se acercó y se despidió con un beso en la mejilla, su perfume de guagua inundó mi nariz. Tenía rico aroma.
— Chao nomas — me despedí.
Vi a la Olivia alejarse hasta desaparecer de mi campo de visión. La había pasado la raja con ella, es entretenido pasar tiempo con personas que son así de relajadas.
Un auto se estacionó a mi lado. Mierda. Se bajo de su auto de manera dominante, apoyo su mano en el capo de este y me miro con diversión.
— ¿Ella? ¿encerio? — apuntó en dirección donde se había ido la pelo de escoba— cada día me sorprendes más pequeño Dean.
💜🚲🧹
uuhhhh, ¿teorías de quien es la persona del auto?
en mi ig voy a ir dejando los tatuajes del pequeño Dean.
eso 10-4<33
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Picao a flaite
Ficção AdolescenteEn la micro te pueden robar tu celular o te puedes enamorar, por culpa del Dean a la Olivia le paso lo primero.