Quinto salto

5.3K 1.1K 217
                                    


Taehyung dejó dormido a Yoongi en su habitación. Llevaba rato convertido en gato, maullando sobre su ruptura con Jimin, pero seguía sin decir nada que pudiera aclararle las dudas sobre lo que realmente había pasado. De lo poco que Taehyung había logrado entender, su amigo se quejaba de ser un idiota perdedor que sólo sabía ilusionarse.

Él había intentado decirle que no se culpara, que debía de haber una solución a lo que fuera que estuviera pasando, pero Yoongi ya se había metido en esa nube espesa y negra en la que solía esconderse y de la cual era bastante difícil de sacar. 

Como era la primera vez que lidiaba con algo así, decidió llamar a Jungkook para ver si sabía algo al respecto y que pudiera ayudarlo a consolar a su amigo. Al parecer, Jimin le había llamado para que fuera su casa y justo ahí era donde el conejo se encontraba.

— ¿Cómo está Jimin? —le dijo en cuanto su amigo le respondió. De fondo se escuchó un resoplido cansado.

—Deprimido—contestó Jungkook con un deje tristón—. Subió a la azotea y ahí sigue.

— ¿Desde hace cuánto? ¿Ya comió?

—Uh, no ha comido. Está en su forma de gato y la verdad no entiendo que dice. Ha estado maullando desde hace rato.

Taehyung miró el techo y preguntó:

— ¿Grave o agudo?

—Profundo, como con dolor.

—Está llamando a Yoongi, campeón... ¿No te dijo qué pasó?

Jungkook tragó saliva y guardó silencio. A esa distancia, se podía sentir la clara incomodidad entre ellos.

—Algo me dijo cuando llegué a su casa. No sé si pueda decírtelo, lo siento.

—No, está bien... Supongo que voy a esperar a que Yoongi despierte.


Yoongi se despertó poco después. Se veía igual de triste, pero más calmado que cuando había aparecido en su casa y, aunque Taehyung intentó hacerle comer, se negó a probar bocado y se movió hasta el sillón de la sala para enredarse entre las mantas que se llevó de la cama.

—No es nada oficial, pero yo creo que Jimin debe de odiarme—dijo tras beber del té calientito que aceptó a tomarse después de mucha insistencia de su mejor amigo—, Estábamos hablando y de pronto no pude más...

Taehyung no pudo ocultar su desconcierto.

— ¿Por qué explotaste, Gi? ¿O por qué piensas que terminaron? Prácticamente se acaban de mudar juntos...

Taehyung le acarició la cabeza con cariño y se sentó en el piso, muy cerca de él. No sabía si Yoongi necesitaba contacto físico o solo compañía. Éste sólo suspiró profundamente, tomando la taza con tanta fuerza que sus nudillos quedaron sin color. Parecía tener una pelea de emociones en su cabeza y el tigre trató de encontrar una razón por la que esos dos estuvieran molestos cuando unas semanas atrás habían estado verdaderamente emocionados por la mudanza.

Jimin le había propuesto a Yoongi la idea después de una fiesta en la que habían estado los cuatro. El momento había sido casi mágico, con todos caminando por la madrugada por las calles vacías, cantando viejas canciones mientras buscaban un taxi. Habían estado sonrientes y un poco achispados por el alcohol, tanto que su mejor amigo aceptó con mucha felicidad, sin siquiera pensarlo.

—Yo creí que iba a ser diferente... —admitió Yoongi, encogiéndose en su lugar—Pero me está costando adaptarme. Es mi culpa.

El pelinegro no se lo estaba poniendo nada fácil. Aún así, Taehyung no quitó el dedo del renglón.

The Purring Club [ym] [tk]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora