La vida siendo amigo de Jungkook le parecía realmente buena a Taehyung. El hombre era una manifestación antitética y corpórea de adrenalina y estabilidad que rompía con la monotonía y que coloreaba sus días.
Cuando se sentía aburrido y pesimista, Jungkook aparecía en su casa con alguna actividad que le levantaba los ánimos o que, al menos, le mejoraba el humor. Cuando se sentía animado y lleno de energía, el conejo se le unía y hacían alguna actividad que saciaba su sed de ejercicio. O, en contraste, cuando simplemente quería echarse y no hacer nada, su amigo se sentaba a su lado y disfrutaban juntos del silencio.
En el último mes, ya habían ido a nadar con tiburones, habían saltado del bungee, habían hecho montañismo y hasta habían visitado a los padres de ambos. Como su amistad había avanzado a límites insospechados en tan poco tiempo, a ninguno le pareció extraño acercarse todavía más.
El primero en dar el paso fue Jungkook. Una noche, llegó a casa de Taehyung de manera repentina y acompañado de Jimin, decía que había surgido algo urgente y que tenía que viajar a su ciudad natal para hacer unos trámites. El tigre no había entendido siquiera porque había ido a avisarle o porque Jimin marcaba territorio dejando su aroma por todas partes, pero de igual forma les dejó invadir su espacio y había escuchado con atención al conejo que rebosaba de energía.
—Es un viaje muy, muy largo y aburrido. Tengo que tomar el tren y un autobús, ¿crees que eso está bien? Soy un ser sociable, pero me engento muy rápido. Si yo tuviera un auto, me iría en él.
Jungkook se quejaba y se quejaba de lo tedioso que iba a ser viajar sentado al lado de un desconocido, mientras que al mismo tiempo se dejaba mimar por Jimin, quien tallaba su mentón sobre su cabeza.
—Tú tienes un auto—le respondió Taehyung con una sonrisa enternecida, notando como su amigo gato había dejado salir sus colmillos para mordisquear con cariño las orejas de conejo de Jungkook.
—Sí, yo sé que tengo un auto, pero-
—Pero está en el taller—lo cortó Jimin con un gesto victorioso y cruzó miradas con el menor de todos—. Yo le prestaría el mío, hasta lo llevaría yo, pero Yoongi está en celo.
— ¿Otra vez? —el tigre de Taehyung había levantado sus orejitas en interés. Jimin se hundió en su sitio. Se veía un poco apenado.
—Ehhh... sí, sí, claro. La vez pasada fue una falsa alarma.
El calico desvió la mirada, signo evidente de que estaba mintiendo. Taehyung entrecerró los ojos.
— ¿Pasa algo, no?
Tanto el cambiaformas de gato como el de conejo volvieron a mirarse y a hacerse gestos que Taehyung no entendió, pero que lo irritaron.
— ¿Por qué no lo llevas tú, Taehyung? Sólo será un día y Yoongi dijo que no tenías nada que hacer—finalmente habló Jimin, tomando el papel de padre sobreprotector. Jungkook, en cambio, parecía haberse quedado mudo porque no hacía el mínimo intento por hablar. De hecho...
—Hey, ¿por qué estás tan rojo, Jungkookie? ¿Tanto te cuesta pedirme un favor?
Taehyung llevó a Jungkook hasta su ciudad natal. Por alguna razón que no entendió, el conejo no tuvo el valor para pedirle el favor, pero sí para expresar lo agradecido que estaba por salvarlo de un recorrido tedioso. En el trayecto, se la pasó hablando de todo lo que podían hacer en esa pequeña escapada, pero cuando Taehyung le preguntó por los trámites que se suponía que tenía que hacer, el conejo no explicó nada. De hecho, quedó en segundo plano en cuanto estuvieron en el lugar.
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The Purring Club [ym] [tk]
FanfictionLa reunión trimestral de gatos cambia-formas tiene como objetivo principal lograr que encuentres la pareja perfecta. Con un margen de éxito del 98% te aseguramos que aquí hallarás un minino hecho para ti. En este sitio se concentran los ejemplares...