Octavo brinco

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Taehyung estaba evitando a Jungkook.

No era su imaginación o un malentendido, el tigre de verdad se rehusaba a hablar con él. O, al menos, como lo hacía antes. En una semana, su relación había retrocedido tanto que Jungkook empezaba a cuestionarse si en realidad alguna vez habían sido amigos. Lo único que calmaba su confusión era que Jimin y Yoongi estaban igual de desconcertados que él.

Ya no había llamadas de media tarde, ni pijamadas repentinas. No había mensajes con imágenes chistosas o fotos de posibles outfits. Ni siquiera alguna reacción a las selfies que subía, ni sus característicos comentarios de: "Te besaría completo, campeón".

Las pocas veces que habían coincidido, Taehyung se limitaba a entablar una conversación casual con una sonrisa vacía, pero evitaba cualquier otro tema de conversación y hasta el contacto físico. Su rostro tampoco revelaba nada, ya que era una fina máscara de indiferencia y cortesía, pero nada más.

Ni siquiera Yoongi sabía lo que ocurría. Había intentado sacarle algo de información en repetidas ocasiones, pero su amigo no decía mucho, salvo que se sentía avergonzado por lo ocurrido una semana atrás, en donde había perdido la razón y había dejado que su tigre tomara el control.

Jungkook se había acercado a él para decirle que todo estaba bien, que entendía perfectamente que sus instintos habían tomado el dominio total de su cuerpo, pero Taehyung solo se había hundido de hombros, luciendo perfectamente igual a como si le hubiera hablado del clima y no de algo tan importante.

« Taehyung no te ve como su presa... Te ve como su compañero.»

Yoongi había dicho algo así en aquella ocasión, pero, vamos, ¿qué tanto sabía él? Tal vez también era un felino-y su mejor amigo-pero no era un tigre como Taehyung y definitivamente no había estado ahí todas las veces en las que el hombre marcó la distancia entre ellos. Taehyung se había encargado de dejarle muy en claro que sólo eran amigos y que, además, era tan recto como una flecha.

Jungkook ya lo sabía: Su amigo estaba en un lugar muy lejano a él. Un lugar que, aunque se pusiera de puntillas, jamás iba a alcanzar. Taehyung era una estrella que a él le gustaba mirar, pero que no podía tocar. Y eso había estado bien para él.

Aunque, si tenía que ser sincero consigo mismo, aquellas palabras habían dejado estragos en él y no había podido evitar que la cruel esperanza se adueñara de su corazón y echara raíces ahí mismo. Una parte de él quería ser egoísta y aferrarse a ellas, ya no tener que contenerse como lo había estado haciendo desde hacía tiempo.

Ya no quería ocultar que estaba enamorado de Taehyung.

No sabía en qué momento había pasado, si había sido a inicios de su amistad o en los días recientes, si había sido después de todas esas noches que durmieron juntos o cuando Taehyung le ronroneaba los buenos días. Tal vez había sido después de esa noche en que lo recibió con la cena lista después de un día cansado o cuando lo escuchó llorar mientras le contaba que un león había tratado de cazarlo a las afueras de su trabajo. Quizá había sido por culpa del lunar que tenía en la nariz o por su ojo ligeramente más grande que el otro, por sus dedos largos y fuertes o por su voz profunda y cálida que pronunciaban con cariño su nombre.

Jungkook no sabía y no le importaba, pero ya no podía seguir negándose a la realidad. Por mucho que le hubiera insistido a Jimin- y a él mismo- que lo suyo con Taehyung no era nada más que una bonita amistad, su loco y tonto corazón había decidido ignorar los peligros de estar con un depredador y había caído rendido por él.

Como conejito se sentía feliz a su lado porque el hombre le daba seguridad y calma. No tenía la imperiosa necesidad de salir huyendo escaleras arriba ni de mostrar sus dientes en señal de pelea. Lo único que deseaba siempre que estaba con él era acurrucarse a su lado y recibir mimos y muchas lamidas. Ni siquiera la persecución que habían tenido días atrás había logrado asustarlo, su conejo quería a Taehyung. Él quería a Taehyung.

The Purring Club [ym] [tk]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora