Mucho miau y poco grr [2]

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Taehyung estaba molesto consigo mismo. Le había marcado a Jungkook con la esperanza de concretar una cita en donde confesarle sus sentimientos, pero descubrió -no con sorpresa- que su amigo estaba enojado con él.

No es que lo culpara. En lugar de pedirle amablemente poder verse, cómo las personas civilizadas, le había soltado de sopetón lo primero que su corazón le había ordenado a su mente. No de una forma agradable, tenía que agregar.

Había pasado tantos días tratando de encontrar una forma de expresar lo que sentía, como para terminar escogiendo la peor de todas. Ahora, Jungkook estaba molesto. Lo cual podía fácilmente comprender.

En todos sus años, Taehyung jamás se había enamorado, y al no saber cómo lidiar con sus sentimientos, era lógico que tuviera que joderla tarde o temprano. Por desgracia, había sido el pobre conejo quien pagaba las consecuencias de sus estupideces. No se justificaba, por supuesto. Se sentía como la peor de las escorias, aunque sus intenciones no habían sido meramente egoístas, como cualquiera pensaría.

Si le había pedido ese tiempo a Jungkook había sido precisamente porque no había querido lastimarlo y bien, sí, porque tampoco había sabido qué hacer, pero es que ¿Cómo se suponía que debía de empezar una relación si ni siquiera tenía claro lo que sentía por él?

Ya una vez le había pasado, cuando creyó que podría estar enamorado de Yoongi. En aquella ocasión, se había confundido debido a la condición de su relación. Pasaban tanto tiempo juntos, sin respeto por el espacio personal, que inevitablemente había llegado a la conclusión de que sentía algo romántico por él.

No fue así. Después de intentar besarlo, había comprendido que lo suyo no podía ser. Ni siquiera le había gustado la experiencia. A pesar de que Yoongi realmente era un buen besador, se había sentido extraño e incómodo.

Tal como había dicho Jimin tiempo atrás en The Purring Club, su confusión se había dado por el profundo sentimiento fraternal que sentía por Yoongi. Aquello no había sido amor de pareja sino de hermanos. Lo que, definitivamente, no estaba dispuesto a volver a mezclar con Jungkook, ya que, a diferencia de su mejor amigo, éste era sensible y le había confesado sus sentimientos por él.

Si bien Taehyung admitía que se sentía bien estando al lado del cambiaformas conejo—más que bien—, no pensaba que se debiera a un enamoramiento. Aunque contara las horas para poder verlo y aunque se hubiera llegado a sentir un poco posesivo con respecto a él, pero...

Pero eso tenía que ser amistad, ¿no? O al menos eso había creído hasta que comprendió que a Jungkook no lo veía como a un hermano. Especialmente después de ese beso. El chico se había vuelto para él como la persona exacta que había llegado en el momento exacto. Era su respiro y su lugar seguro. Era ese alguien que quería ver todos los días al despertar.

Y eso no era muy de amigos.

Taehyung había necesitado todo ese tiempo lejos de él para darse cuenta de que su tigre prácticamente ronroneaba cuando estaba al lado de su conejito. Sólo que había estado tan cerrado y reacio a darse una oportunidad que no había podido verlo.

El sentimiento  había estado guardando durante demasiado tiempo, encerrado profundamente en su interior y oculto de sí mismo, pero finalmente había salido a la luz. Y tan pronto como se permitió reconocerlo, se sintió aliviado, aunque hubiera elegido la manera más cobarde  de confesárselo a Jungkook.

No era de extrañarse que el chico estuviera enojado y decepcionado de él.

Pero como ya estaba harto de la confusión, harto de volarse los sesos, decidió ponerse patas a la obra y enmendar sus errores, especialmente ahora que le había puesto un nombre a sus emociones, así que se arregló lo más rápido posible y salió en búsqueda del menor. 

The Purring Club [ym] [tk]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora