No return

29 4 1
                                        

Tenía sentido.

-Suenas como poeta. –admití  y el rió

-No, solo digo la verdad. –Su modestia en verdad lo hacía resaltar. Nunca en mi vida había conocido a alguien que no tuviera temor a decir lo que en verdad pensaba. Creo que eso se debía al simple hecho de encajar en un grupo de personas de la misma edad. Era entendible que fuera asi, después de todo, había atravesado momentos que, imaginaba, no debían ser nada agradables.

Mis pensamientos fueron interrumpidos nuevamente por un ruido que provenía de unos 10 metros lejos de nosotros. Un infectado se acercaba a nosotros, inmediatamente ambos nos levantamos del pavimento pero nos quedamos inmóviles, por alguna razón.

Vi que Calum no estaba reaccionando a lo que sucedía, por lo que tome mi cuchillo y corrí hacia la criatura. Sin realizar demasiado esfuerzo inserté el arma en su cráneo provocando que cayera al suelo, muerto, definitivamente.

Antes de darme la vuelta, Calum estaba a mi lado, con su mano en mi hombro. Se disculpo por no haber reaccionado ante el infectado y yo comprendí el estado en el que se encontraba. Estaba algo tenso por el hecho de que en unas horas podría saber si su familia había muerto o no. Por lo que le dije que no se preocupara para luego meterme en sus brazos en un cálido abrazo. No pensé la razón por qué lo había hecho, solo lo hice.

El respondió a mi abrazo, posó su cabeza sobre la mía y yo me aferré a su pecho. Su cuerpo era tibio, en contraste al frío que nos envolvía a ambos. Era reconfortante sentir a otra persona tan cerca, a alguien tan…vivo. Podría comenzar a acostumbrarme al cariño especial por Calum.

Luego de unos minutos el se separo y comento sobre el infectado.

-Mira, tiene un arma en su mochila. –Apenas termino de hablar, fue corriendo hacia el cuerpo que yacia en el pavimento y lo giro haciendo que este quedara boca abajo. Abrió la mochila, mientras yo lo observaba de unos metros más lejos. –¡Oye ______, mira esto! –Dicho esto me acerque a donde estaba Calum y no podía creer lo que estaba viendo.

En esa mochila había más de 5 armas de fuego. Sorprendida me agache hacia donde estaban y tome dos en mis manos.

-¡Joder! ¿De dónde las habrá sacado? Son impresionantes. Parecen las que mi papá tenía escondidas en una caja “por si las dudas” –Dije y reímos.

Tomamos la mochila y nos volvimos hacia donde estábamos para seguir con nuestro almuerzo. De repente, me entro una duda..

-¿Calum?

-¿Si?

-¿A dónde piensas que fue la gente que falleció?

-A un lugar mejor, seguro.

-¿Piensas que existe algo después de la muerte?

-Bueno…De verdad espero que no haya nada después de la muerte.  La vida es corta, a veces dolorosa, y la muerte es el final de ella.  Creo que es mejor si lo ves de esa manera.

Me detuve un rato a procesar sus palabras. Podría ser muy crudo, pero era la verdad.

-Woah. ¿Estás seguro de que no eres poeta? –Él rió y negó con la cabeza.

-¿________? –Dijo mi nombre en un susurro casi inaudible, mirándome-

-¿Si? –Volví mi mirada hacia él.

-Bésame.  –Dijo acercándose.

Y sin pensar nuestros labios estaban tocándose de nuevo. Demonios, se sentía tan bien. Lo hacia tan bien. Aplicaba el exacto tono de delicadeza, pasión y fuerza a la vez. No era apresurado, para nada. Dedicaba el tiempo correcto a cada uno de sus movimientos, se tomaba la molestia de recorrer cada centímetro de mis labios y yo hacia lo mismo con los suyos. Eran tan suaves y delicados. Nunca había pensado en que tanto comenzaba a gustarme este chico.

Sus suaves labios bajaron hacia mi cuello, besándolo delicadamente. Sus manos se encontraban jugando con mi cabello, tirándolo hacia atrás en ocasiones, provocando que pequeños jadeos escaparan de mi boca. Mis manos se encontraban jugueteando con su cabello, realizando los mismo movimientos que sus manos en el mío, causando el mismo efecto en él.

No era que no quisiera hacerlo, pero en ese momento las prioridades eran otras por lo que comencé a alejarlo de mi cuerpo, compensándolo con besos y algunas caricias. Él pareció entender mis señales y siguió el juego un rato mas.

-Creo que deberíamos hacer lo que vinimos a hacer. –Dije entre besos.

-Tienes razón. –Sonrió y luego se levantó. Extendió su mano para ayudarme a posarme sobre mis pies y caminar hacia el asiento del conductor.

-Aquí vamos.-Dijo algo nervioso. Extendió su mano izquierda hacia mi muslo derecho para luego masajearlo con su fuerte mano. Enserio estaba nervioso, lo pude sentir en su mano  que se encontraba temblando ligeramente.

Encendí el auto y volví mi vista hacia él. Le dedique una sonrisa y me extendí desde mi asiento hacia su boca y lo besé suavemente.  Volví a sonreír y aceleré.

-No hay vuelta atrás…

The Last of Us- c.hDonde viven las historias. Descúbrelo ahora