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El muchacho de pelo dorado accedió a desatarnos las manos. Mis muñecas sintieron un gran alivio cuando lo hizo. La parte trasera de la camioneta era bastante amplia. Lo suficiente como para moverse unos pasos sobre la misma. Mis manos se posicionaron sobre el frío metal que actuaba de piso y logre levantarme. Mis piernas estaban ligeramente dormidas, casi caigo de no haber sido por Calum.
Mientras le agradecía por ayudarme pude divisar una pistola en la pierna del copiloto que se encontraba desatando a Mali Koa e inmediatamente le hice señas con mis ojos a Calum para que echara un vistazo. Miro a su pierna y volvió hacia mi.
"Tomala" dijo apenas moviendo los labios. "No." me opuse. Lo matabamos a él y su amigo no tardaría en reaccionar. Podría tener mas "amigos" cerca, habian varias razones para no arriesgarse.
Calum trato de intimidarme con sus ojos, acercándose a mi, pero no di el brazo a torcer. Un movimiento en falso y moriamos los tres. Sin mencionar que no habían sido rudos con nosotros hasta ahora...salvo por lo sucedido anteriormente. Le devolví la mirada intimidante y me volví hacia el muchacho quien se levanto sobre sus largas y finas, pero tonificadas piernas. Finalmente me miro de frente y esbozando una amable sonrisa, se presentó.
-Mucho gusto, soy Ashton.- dijo estrechando nuestras manos y con un leve sube y baja de cabeza de parte mio, le respondí el saludo.
-Igualmente. -dije.- Ellos son Mali Koa y... Calum. -Mali no tuvo problemas en saludar
mientras que calum solo soltó un bufido y cruzado de brazos caminó hacia las puertas de la camioneta. Yo misma pedí disculpas por su comportamiento.
-No te preocupes, entiendo la desconfianza. -comentó.- solo quiero decir que -elevo su tono de voz sarcásticamente para que lo oyera Calum.- si quisiera matarlos, ya lo habría hecho. En fin. Él es Luke. -señaló al conductor. Pero éste solo levantó una mano e hizo una seña con la misma, en forma de saludo.
Así que Luke. Por fin podía ponerle nombre a ese misterioso hombre. Sus ojos volvieron a fijarse en mi, tensandome. Era la tercera vez que repetía ese gesto. Comenzaba a incomodarme, aunque de cierto modo, lo encontraba atractivo. Sus suaves labios formaron, por fin, una pícara sonrisa. Un pequeño metal se asomó por el lado izquierdo de su labio. Un pequeño giño de ojo y comenzaba a parecerme ligeramente atractivo.

The Last of Us- c.hDonde viven las historias. Descúbrelo ahora