The Intruder

65 4 0
                                    

Me encontraba buscando algo que evitara que tuviera que usar las armas encontradas anteriormente. Los infectados por el virus solian ser sensibles y fácilmente atraídos por los ruidos o las luces, incluso por el simple olor de sangre fresca. Por esas mismas razones necesitaba urgentemente un arma que no hiciera estruendos como los rifles o las escopetas. Tampoco podía utilizar cuchillos. Necesitaba algo que me mantuviera lo mas alejada de ellos posibles. Pero no lo encontraría ahí.

Rendida, decidi buscar un abrigo, el frio comenzaba a hacerse notable en las simples brisas que entraban por los vidrios rotos de las ventanas. El invierno se acercaba y eso no era bueno. Durante ese período, el clima solia volverse muy crudo. La nieve podría cubrir mas de un metro del suelo y las temperaturas llegar a -10° lo que significaba menos comida, menos calor, menos energía y por ende, menos posibilidades de vivir.

Dentro de la tienda el poco calor que había comenzaba a hacerse notable convirtiendo el pequeño ambiente en un posible lugar de estadía. Por lo menos hasta que me asegurara de que no corria peligro.

Pero me equivocaba.

La noche se acercaba y supuse que la tienda serviría como lugar provisorio. Tenia comida, abrigo y un techo bajo el que protegerme. Me había obligado a luchar contra mi cansancio y había decidido remachar las ventanas y sus vidrios rotos. Habia cubierto las mismas con bolsas de consorcio que servirían para evitar que el pequeño fuego que brillaba desde el interior llamara la atención de los no deseados.

Me acomode en la cama improvisada que arme con lo encontrado en el lugar e intente descansar un poco, pero mi placentero sueño fue interrumpido por un ruido casi inaudible proveniente de una estantería cerca de la puerta de salida. Me mantuve en silencio para intentar percibir si lo que había escuchado había sido un animal, un infectado o algo peor, como una persona. Pero todo fue en vano. Me resigne a que tal vez algo se había caído de alguna alacena pero que no corria peligro. Volvi a recostarme sobre la almohada pero al cerrar los ojos volvi a escuchar algo y esta vez estaba segura de que era una persona y no dude en desenfundar el calibre 22 escondido en mi bota derecha. Apunte hacia el lugar de donde provino el ruido y sigilosamente camine hacia adelante encontrándome con lo que habría provocado el ruido: Latas en el piso. Exhale con tranquilidad. Podria volver a dormir.

Me di media vuelta para volver hacia mi lugar de descanso pero apenas gire sobre mis talones alguien me sostuvo por los brazos haciendo que mi arma cayera al piso e inmediatamente mi oponente la pateo lejos mio y prosiguió a pegarme en las piernas haciendo que me pusiera de rodillas en el suelo.

-Quieta- Me ordeno posicionando su arma en mi cuello -No intentes nada estúpido y no tendre que matarte. No me obligues.- Por lo que podía escuchar la voz provenía de un hombre. Este no tardo en dar pasos hasta estar en frente mio sin dejar de apuntarme con el arma que poseía en su mano derecha. 

The Last of Us- c.hDonde viven las historias. Descúbrelo ahora