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Ya afuera me soltó de la mano y se giró, me sonrió, yo hice lo mismo. Puso sus manos en los bolsillos de su pantalón, se notaba nervioso y eso me ponía demasiado ansiosa. Solo dilo ya Villamil.

–¿Que sucede Juan? ¿De qué quieres hablar?
–De lo del otro día
–¿De lo del otro día?
–Si, del día que nos besamos

Me miro muy serio, sentí que me empezaron a sudar las manos. Suspire, miré al piso.

–Ah... ¿entonces si nos besamos?
–Ja, claro ¿lo dudaba?
–Pensé que había sido producto de mi imaginación -mentí-
–Eh, no, si nos besamos... espere ¿por qué sería producto de su imaginación? -lo miré-
–No importa...
–Siento que a raíz de ese día esta distante conmigo y no quiero que las cosas sean así entre nosotros
–Villa, está bien, los dos estábamos muy borrachos
–Pues si, pero quería aclararlo y...
–No importa -lo interrumpí– esa tontería no tiene que arruinar nuestra amistad
–¿Esa tonte... nuestra amistad? -asentí con la cabeza-
–Somos amigos ¿no?
–Supongo

Dijo sin ganas. Tenía la sospecha de que yo había sido la que lo había arruinado ahora, por no dejarlo hablar, pero en serio no era algo que quisiera platicar y menos ahora que estaba algo borracha. Su teléfono sonó, lo saco para revisar quien era, al mirar la pantalla se congeló por un momento, pero después lo ignoro.

–Está bien, contesta
–No es nada importante
–Pero no me importa que hables, en serio contesta

Hizo una mueca mientras me miraba, vio a su celular que de nuevo estaba sonando, y contestó.

–Gaby ¿puedo marcarle después? Estoy algo ocupado

Gaby ¿Gaby su ex? Y después de preguntarme eso, reaccione y la borrachera se me bajo de golpe, me sentí tonta completamente y quise llorar -aunque no estaba segura de que si era ella-, pero me aguante. Él dijo otras cosas que no escuché, colgó, guardo su teléfono y me miro.

–Lo siento
–Está bien... ¿Era Gaby tu ex?
–Si
–Ah, y ¿desde cuando se hablan?
–Pues nos vimos esa semana después del tour de España -sentí que mi corazón se partía en dos– y hemos estado hablando un poco desde entonces pero no pa...
–¡Que bueno! -volví a interrumpirlo, intentando sonar feliz por la noticia, que en realidad me había caído como un balde de agua helada– es una chica agradable -mentí– hacen buena pareja
–Eh ¿piensa eso?
–Claro, me alegro por los dos
–Oye Nab -me tomo de la mano, miré nuestras manos– pero nosotros...
–Villa -me solté– esta bien, lo de España ya se aclaró, estábamos borrachos e hicimos una tontería pero bueno, un error lo comete cualquiera
–¿Cree que fue un error?
–Por mi no te detengas para volver con Gaby -lo ignore– les deseo lo mejor
–Pe...

Me giré antes de que pudiera decir algo más, no porque no quisiera escucharlo, sino porque no quería que me viera llorar, entré al establecimiento y escuché como un golpe en una pared, busque el baño, me encerré en un cubículo y solté unas lagrimas. Esto no me dolía, me ardía. Claro que lo nuestro era un error, jamás iba a pasar, me estaba ilusionando con la idea de algo inexistente, pero ahora lo tenia que descartar, era algo que se debía aclarar y ahora Villa estaba de nuevo con Gaby y no había nada que yo pudiera hacer, aunque era obvio que debí esperarlo, como él iba a estar con alguien como yo. Aunque para ser honesta creo que me molestaba más el hecho de que estuviera con Gabriela, que con cualquier otra persona, y a pesar de todo este sentimiento, no podía evitar sentirme culpable, tal vez por no dejarlo explicarme bien las cosas. ¿Pero que más me iba a explicar?
Suspire, limpie mis lagrimas y salí del cubículo, me miré al espejo del baño, lo único que delataba que había llorado eran mis ojos rojos, que estaban un poquito hinchados. Era hora de irme porque no podía fingir que todo estaba bien ahí, salí del baño y me choqué con alguien.

¿A Dónde Vamos? (Juan Pablo Villamil) {Morat}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora