49

584 42 24
                                    

Todos habían terminado de armar su parte de la casa de campaña -menos Villa y yo, obviamente-, vi que Netza incluso había armado la mía, cuando lo mire me sonrió y me guiño un ojo dándome a entender que no me preocupara ya de esa parte, y si, tenia que dedicarme a la parte que le había tocado a Villamil, porque se nos estaba complicando demasiado y para colmo, discutíamos con cada movimiento que hacíamos.
Koco por fin se había dado cuenta que no podíamos hacer todo juntos los 17, así que les asignó algunas pequeñas tareas a los demás por separado, y decía que a Villa y a mi nos mandaría cuando termináramos, ya que no veía pronto el final de nuestra sencilla tarea.

–Deja de jalarme -me queje-
–No la estoy jalando, estoy moviendo mi mano, que tristemente para usted, está amarrada junto a la suya... -dijo mientras veía muy atento hacia un pequeño tubo negro, yo hacía lo mismo sin poder hacer nada ya que él tenía mi mano– así que ya dejé de quejarse porque ya quiero terminar con esto de una buena vez... además -batallaba para meter el tubo en la tela– dejé de pelear
–No estoy peleando -lo interrumpí-
–Porque si quiere que nos desaten -me ignoro– tenemos que dejar de pelear o ¿planea quedarse amarrada a mi el resto del "tiempo fuera"?

Lo mire con odio, pero tenía razón, no fui capaz de responderle y él entendió que le estaba otorgando la razón.

–Lo supuse -metió el tubo en la tela– como sea, ya acabe y no fue gracias a usted
–¿Que más podía hacer? Tienes mi brazo -él puso los ojos en blanco-
–Ya calla, vamos a hacer lo que le tocaba
–Ya está hecho
–¿Lo terminó?
–Netza lo hizo
–Ah, que buen novio tiene entonces

Me sonrió forzadamente y yo le hice una mueca para después poner los ojos en blanco. Caminamos en dirección a Koco quien parecía estar organizando un partido de fútbol.

–Genial, habrá fútbol ¡quiero jugar!
–Yo no, que horror
–¿Que? Vamos a jugar
–¿Como crees? No vamos a poder jugar así -Levante mi mano que estaba amarrada a la suya, dándole a entender el motivo-
–¡Claro que se puede!
–Odio el fútbol
–Yo lo amo
–Que lastima

Ambos nos miramos de forma retadora, en serio parecía que nos íbamos a golpear en cualquier momento.

–Ya los dos -nos llamó la atención Koco desde lejos– se supone que se tienen que llevar bien, no matarse -lo miramos– sigan así y va a ser peor para ustedes
–Ash -me quejé– ya terminamos Koco ¿que mas quieres que hagamos?
–Ehm nada, ya todo lo hicieron lo demás por ustedes -dijo sarcásticamente-
–Entonces ya puedes desamarrarnos -dijo Villamil-
–No, ya dije que hasta que se lleven bien
–Pero no nos vamos a llevar bien nunca, Koco
–Pues si quieren que los desamarre van a tener que llevarse bien
– ¿Que? Ay no, Koco -me intente quitar la atadura con mi mano libre-
–Eh, eh, eh... -Koco puso su mano sobre la mía para detenerme– si alguno de los dos se quita la soga les tocará un castigo peor, así que yo que ustedes lo consideraría
–Bueno ¿al menos podría soltarme para poder jugar? -rogó Juan-
–Oh, no, lo siento Villa, es parte del castigo, ademas ya tengo los equipos completos
–Pero...
–Ay que lastima -me burle mientras no sentábamos-
–Es insoportable
–Que lindo, pienso lo mismo de ti

Sonreí irónicamente, tenía una sonrisita de satisfacción en mi cara. Todos los hombres del grupo estaban en la "cancha" improvisada de Koco, por un lado estaban Isaza, Martín, Simón, Pascal y Keno, del otro lado de la cancha estaban Alexis, Blas, Piña, Netza y Pako y Koco iba a ser el "arbitro". Alexis me miro y movió los labios haciendo como si hablara pero no salió ningún sonido de su boca, pero entendí lo que me quería decir "odio el fútbol" yo asentí e imitando la forma en que me lo dijo respondí "yo también". Daniela y Georgina se sentaron a unos cuantos metros de nosotros para poder ver el partido, atrás de ellas se sentó Linda, por otro lado Mich y Connie estaban dando vueltas haciendo quien sabe qué cosas. Daniela y yo nos miramos y ambas pusimos los ojos en blanco porque efectivamente a ninguna le gustaba el fútbol.
El partido comenzó, Villa estaba atento al partido mientras le gritaba de forma intensa a los chicos sobre que jugadas debían hacer o lo que estaban haciendo mal, yo por mi parte, no entendía nada y estaba comenzando a aburrirme. Villamil movía los brazos como loco haciendo que mi brazo, el que estaba amarrado al suyo, se moviera en todas direcciones al igual que el suyo. Yo lo miraba con cara de pocos amigos, a ver si así entendía que eso me estaba molestado, pero él no me prestó atención en lo absoluto, su mente estaba completamente en el juego.

¿A Dónde Vamos? (Juan Pablo Villamil) {Morat}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora