¿A Dónde Vamos? (Juan Pablo Villamil) {Morat}

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Después de ver que había respondido corporalmente y que no pensaba responder en palabras, todos siguieron su camino, excepto Isaza que se quedó a mi lado para poder pasar uno de sus brazos por mis hombros y jalarme fuerte hacia él, estábamos a una distancia considerable de los demás porque Isaza alentó el paso, supuse que para poder hablar bien sin que los otros nos escucharan.

–¿No estará pensando no renovar su contrato? Nab -después de unos segundos se dio cuenta que no iba a responder tampoco a esa pregunta– ¡Lo está pensando! -afirmó-
–Yo nunca dije eso
–El que calla otorga
–Isaza, entiéndeme -rogué– esto es muy difícil para mi, no sé cuánto más podré soportarlo
–¿De que habla? ¿En serio se va a ir por eso? Dejar el mejor trabajo y mi excelente compañía -recalco eso último– ¿por esa tontería?
–No es ninguna tontería
–Si, lo es
–A ver ,cuando ves a Dani con Blas ¿no te duele?
–Pero eso es diferente
–No es diferente, te duele y eso no es una tontería
–Pues si en esas estamos, al Papo le debió doler cuando la veía con Netza y no por eso dejo la banda
–Ay dios

Golpee la palma de mi mano contra mi frente mientras ponía los ojos en blanco.

–No puede dejarnos por eso
–No he tomado una decisión Isaza
–Es que ni siquiera debería estarlo considerando Nab

Llegamos al Lobby, lo cruzamos y salimos por la puerta de entrada para ir la van.

–No lo se, no lo se
–Venga hoy en la van con nosotros
–No, no quiero, no estoy de ánimos
–No sea tonta, hasta me voy a sentar con usted
–Isa... por fa
–Si decide no renovar su contrato, puede que este sea de nuestros últimos viajes en van juntos, no se puede negar... ademas me voy a ir atrás para acompañarla, eso jamás lo hago

Soltó una risita por lo último que dijo, no sabía que le había causado gracia. Me tomo de la mano para jalarme, adelantamos a los demás para poder llegar a la van antes que ellos, abrió la puerta y me obligó a subir, me senté en la fila de asientos de hasta atrás para después subir él y dejarme sin escapatoria. Tan pronto me senté me arrepentí de haber escogido ese lugar, -que ya era por costumbre- porque desde ahí iba a poder tener un plano de Villamil y Gabriela enfrente mío horrible. Subieron los Vargas tomando la fila de en medio y después subieron Villa y Dani en la fila de enfrente para luego cerrar la puerta ¿Y Gaby? Me extrañé. Koco subió de copiloto.

Durante el camino Isaza no abrió la boca para nada, mientras los hermanos iban platicando de no sé qué y Villa y Dani estaban muy atentos a lo que sea que Koco les estaba contando. No era que la extrañara pero la costumbre me hizo preguntarme ¿Donde diablos estaba Gabriela? ¿Por qué no estaba sobre Villamil como siempre lo hacía?

–Oye Isaza
–Dígame
–¿Y Gabriela? -susurre-
–Se fue
–¡¿Que?! ¿Cuando?
–Ayer o antes de ayer, creo
–¿Por qué?
–No lo se, supongo que habrá peleado con Villa, él no me ha contado nada
–¿Y por qué no me habías dicho antes? -él se alzó de hombros-
–Pensé que se había dado cuenta, ademas no es algo que nos importe
–¿No es algo que nos importe?
–Corrijo, que ME importe a mi

Lo mire con odio pero a la vez no pude evitar soltar una risita nerviosa. Tan pronto llegamos al lugar donde sería el concierto de esta noche, Dani, Koco y Villamil bajaron de la van, no sabía exactamente cuál era la prisa. Los Vargas nos miraron, Simón con una sonrisa pícara.

–Yo si se porque se fue Gaby -dijo Simón–
–¿Usted perro? A ver, suéltelo
–No pueden decir nada porque solo yo lo se
–¿Ni tú lo sabes Martin? -pregunté-
–No -negó con la cabeza– pero ahorita que estaban hablando de eso ... -me sonroje de pensar que habían escuchado lo que habíamos hablado– le pregunté a Simón y me dijo que si sabía, así que nos va a contar a los tres el chisme ahora -se froto las manos-
–¿Y por qué se lo contó a usted y no a mi? Moncho
–Pues porque sabe que yo no soy chismoso como usted
–Pero si nos lo vas a contar ahora -dije, él soltó una risita-
–Bueno pero eso es diferente... pero ¿que? ¿Quiere chisme o no? -yo asentí con la cabeza rápidamente– todavía que uno los anda informado y ustedes juzgándolo -Martin comenzó a reír por el dramatismo de su hermano– pues bueno, la cosa fue así...