57

666 50 48
                                    

Había descubierto que mi lugar favorito en el mundo era en la cama por las mañanas cuando Villa y yo fingíamos seguir dormidos para no romper la armonía que había, pegados, sintiendo nuestras respiraciones y el calor que emanaban de nuestros cuerpos, con las sábanas revueltas al igual que nuestro cabello y nuestras piernas entrelazadas. Había tratado esta vez de no ponerme tensa para que Villa no se diera cuenta que estaba despierta, pero sabía que no lo había logrado.

–¿Podemos quedarnos aquí otro rato más?
–Si -dije aún con los ojos cerrados entre sus brazos– pero debo bajar a mi habitación a arreglarme
–Quisiera que este momento durará para siempre
–¿No fuiste tú el que dijo que si yo quería todas nuestras mañanas podrían ser así?
–¿Y ya se decidió?
–Es obvio ¿no?
–Esta consciente de que después de esto, jamás volverá a ver su habitación en una gira
–Eso espero

No tuve que verlo para saber qué estaba sonriendo. Estuvimos en silencio otros minutos disfrutando el momento, hasta que Villa se quejó, ya era hora de levantarnos.

–En serio quiero quedarme aquí por hoy
–No te quejes, podemos repetirlo mañana -abrí los ojos, él ya estaba viéndome con una sonrisa enorme en su rostro-
–Me gusta como piensa
–Buenos días
–Buen día, cariño

Me estire para después sentarme en la cama. Había olvidado subir mi pijama a la suite así que Villa me había prestado una playera enorme para dormir, me puse primero mi pantalón, estaba apunto de quitarme la blusa cuando vi a Juan viéndome atentamente.

–Cierra los ojos -ordené-
–Pero si ya lo iba a hacer sin decirme nada
–Villa, por favor
–Está bien, está bien

Cerró los ojos, me quite su playera para ponerme mi blusa a velocidad luz.

–Listo
–¿Cuando será el día que me deje ver?
–Permitirte eso no es muy lento de mi parte

Ambos reímos. Villa en un movimiento rápido tomó mi mano, él seguía en cama y yo parada al lado de esta.

–No se vaya
–Tengo que
–No bajemos a desayunar
–Nos vamos a morir de hambre todo el día

Me burlé. Villa jalo de mi brazo, haciéndome caer de rodillas sobre la cama, se acercó y planto un beso rápido en mis labios.

–¿Por qué tengo que rogarle, Nabyla?
–Tenemos cosas que hacer
–¿Como que?
–No se tú, pero yo tengo que trabajar

Me reí, Villa volvió a jalarme, haciéndome quedar sobre él, para luego besarme, pero no cualquier beso, sino algo intenso ¿como habíamos llegado a este punto? Ir lentos no era lo que mejor se nos daba a Villa y a mi, evidentemente. Me empezaba a faltar la respiración, tuve que separarme, los labios me palpitaban, nuestras frentes estaban pegadas mientras los dos recuperábamos el aire.

–Prometo que a la próxima traeré mi pijama -bromeé, regresándole su playera-
–Si quiere podemos empezar a dormir en ropa interior o desnudos -me empecé a reír-
–Eres de lo peor Juan Pablo -me levante– apúrate que se nos hace tarde, cariño

Salí de la habitación antes de que pudiera decir algo más, atravesé la suite para poder irme, baje en el elevador a mi piso y corrí a mi habitación, Dani estaba justo saliendo de ella, solo se burló de mi y me dejó entrar para después ella irse a desayunar. Me bañe y me arregle lo más rápido que pude, antes de salir sonó la puerta de mi habitación, era Juan, quien ya se había arreglado también, ambos bajamos al comedor del hotel y para mi desgracia TODO el staff ya estaba ahí, viéndome llegar con Villa, supuse que todo mundo ya se estaba imaginando mil cosas -qué tan lejos de la realidad no estaban-, Villa me tomó de la mano y con una sonrisa nos dirigimos a la barra para buscar algo de desayunar.

¿A Dónde Vamos? (Juan Pablo Villamil) {Morat}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora