Pov WinterEstaba tumbada en la cama de la habitación mientras veía como Tae cogía ropa.
-Yo me iré a dar una ducha –me mira- o prefieres hacerlo tu primero.
-Nah, dúchate tú, yo me voy a quedar un rato aquí, se está agustito.
El asintió riendo y entró en el baño. Me levanté de la cama y salí al balcón que teníamos en la habitación, no se veía gran cosa, pero de noche esta ciudad es tan tranquila que transmite una paz que te hace evadirte de todo.
Observe a la gente caminar, algún que otro coche pasar, pero sobretodo observaba a la gente de los otros balcones, algunos leían, otros simplemente sorbían de su taza mientras disfrutaban de las vistas del cielo y otros escuchaban música a la luz de la luna; era increíble.
Pero algo hizo que me desconcentrara de toda esa tranquilidad. El teléfono de Tae empezó a sonar muy seguido, él no había salido de la ducha, por lo que pensando que sería alguno de los chicos, lo cogí y lo desbloquee para contestar, no tendría que haberlo hecho.
"A ver si vuelves, te echo de menos." "Me gustaría hablar las cosas." "Cuando vuelvas podríamos divertirnos juntos."
El seguía hablando con ella, el aún mantenía contacto con ella a pesar de decir que solo lo quería por fama, me mintió, nos mintió a todos.
Dejé su teléfono otra vez en la mesa, me puse mi chaqueta y salí de la habitación dando un portazo y con la vista nublada. Una vez fuera del hotel, alguna que otra lagrima cayo, pero la limpié rápido y empecé a andar sin un rumbo fijo, solo necesitaba aire.
Según avanzaba por aquella calle, el ambiente se animaba, hasta que me pare enfrente de un bar, el cual estaba lleno de gente. Me quedé pensando por un segundo, ¡a la mierda!
Entre decidida y me hice paso entre la gente, me senté en la barra y pedí algo no muy cargado, mi idea no es emborracharme ni nada de eso, solo despejar la mente.
Pasado un rato yo ya iba bastante mal, la cabeza me daba vueltas y siendo sincera, no era consciente ni de lo que hacía, ni de lo que decía. Me puse a mandarles audios completamente borracha a los chicos, a Jimin le mandé audios llorando, diciéndole que Tae no me quería, que me había mentido...vaya ridícula.
Jimin me llamo, Tae también, pero apagué mi teléfono, dado que no estaba en condiciones para hablar con ninguno de los dos y menos con Tae.
Horas después
Me había pasado tres pueblos. Estaba completamente borracha en la puerta del bar, sentada en la acera. Estaba mirando mi móvil, cuando vi una foto de Tae y sin sentido, la subí a mi historia, poniéndole una canción como indirecta; que bajo has caído Winter.
Dos chicos se aceraron a mí y ellos me invitaron a una copa más, la cual no rechace.
-Winter –dijo serio- ¿Qué haces aquí?
Lo miré. Quise estar sobria en ese momento, pero no fue así.
- ¡Anda! –reí- hola Tae –sonreí-.
Él me miro a los ojos y se acercó a mí.
-Vamos al hotel, estas borracha y además es tarde –se acercó-.
Automáticamente di un paso para atrás, apoyándome en uno de los chicos mientras reía.
- ¡No! –ida- me lo estoy pasando bien –río- tu vete con la chica esa.
No lo decía en broma, que se fuera con ella.
-Winter, no me hagas cargarte –serio-.
Uno de los chicos se le acercó y le dijo que se fuera, a Tae no le hizo mucha gracia eso, por lo que una vez más insistió.
-Winter por favor, vámonos.
Pero yo ya no era consciente ni de lo que decía.
- ¿Sabes Tae? –reí- pensé que te gustaba, pero ya veo que no...
Su cara se tornó un poco confusa y se volvió a acercar a mí. El chico que me tenía sujeta lo empujó y puso una de sus manos en mi culo, cosa que me incómodo. Tae le pegó un puñetazo y me cargo en brazos hasta el hotel.
Por el camino seguro iba soltando una cantidad de tonterías de las cuales no me acuerdo y espero no recordar, pero una vez sentí la cama, el efecto del alcohol empezó a bajar un poco.
En eso, él me miro, mientras se quitaba su chaqueta y la colocaba en la silla; se venía bronca.
-Winter, ¿Qué pretendías con esa foto? –me mira serio-.
¿Enserio? ¿Solo iba a preguntar por la foto?
-Lo que cualquier chica querría –solté sincera-.
Y era verdad, para que os iba a mentir, era consciente de lo que decía, lo hice a posta, esperando que captara la indirecta.
- ¿Acaso tu no? –lo miré-.
Tae solo me miraba, apoyado en la mesa, analizando todo lo que estaba diciendo. Yo lo miraba también, esperando una respuesta, pero no parecía que eso fuera a suceder.
Este se acercó a la cama y una vez en el borde, se subió a ella colocándose encima de mí y mirándome a los ojos. Mi respiración se comenzó a agitar un poco, mi corazón se iba a salir del pecho y todo mi cuerpo temblaba; sería el alcohol.
-Winter...estas borracha...mañana no recordaras na...
No lo deje acabar. Lo cogí del cuello de su camisa y lo besé, acabando con esas ganas que podían conmigo desde el día del concierto.
El me siguió el beso, con ganas, pegándose a mí, hasta que a los dos nos faltó el aire y tuvimos que separarnos.
Lo volví a besar sin pensarlo dos veces, solo que esta vez, las cosas fueron mucho más allá de lo que ninguno de los dos hubiera pensado.
Comencé a desabrochar los botones de su camisa hasta quitársela y dejarla en el suelo, él se separó de mí y me quito mi jersey de cuello alto, haciendo lo mismo que yo con su camisa.
Así hasta quedar los dos con la ropa interior solamente. El efecto del alcohol se me había pasado, era consciente de todo, pero no tenía pensado detenerlo.
Sin entender mucho el porqué, Tae puso una canción, Singularity si no recuerdo mal, una de sus canciones por lo que me dijo; pasó lo que tenía que pasar.
Ninguno de los dos creía que esto llegaría a mas, él le tenía mucho respeto a Jimin como para intentar algo conmigo, quizá por eso continuaba hablando con aquella chica.
Estaba de espaldas a él, con una camiseta suya como pijama, mientras él estaba tumbado a mi lado mirando al techo. Había un silencio sepulcral, solo se oían nuestras respiraciones.
Los dos queríamos hablar, se notaba, pero ninguno sabia quien lo haría primero, no nos atrevíamos a decir nada. Me giré, quedando de lado mirándolo, él estaba tranquilo, con los ojos cerrados.
-No estoy dormido.
- ¡Dios que susto! –grité- imbécil.
Este suelta una risa y abre sus ojos para verme. Lo miro un poco molesta pero no puedo evitar reír y negar con la cabeza.
-Oye, siento mucho por el apuro en el que te habré metido, a Jimin también le espera una buena...
Se me olvido mencionarlo, varias Armys presentes en el bar me reconocieron, sabía que era le hermana de Jimin, por lo que se dedicaron a tomarme fotos y videos, dentro de poco, todo sería un descontrol por mis celos.
-Deberías llamarlo –me mira- se quedó preocupado, mientras iré a darme otra ducha –sonríe-.
Asentí y él se metió en el baño, cerró la puerta y yo cogí el móvil, marqué el número de mi hermano y nada más dar un tono, se descolgó.
-Dios mío, ¿estás bien?
-Jimin...tenemos que hablar...
