Nada de lo sucedido en Paris llego a televisión, es más, el tema en una semana se había olvidado, ya era como una anécdota, una forma de hacer rabiar a Winter y Jimin, todo quedó en una broma.
Volvimos de Paris y nada más llegar al aeropuerto, los chicos nos acribillaron a preguntas, Jimin a su hermana y los demás a mí. Los dos contamos lo sucedido, después de eso, ninguno se volvió a dirigir la palabra.
Ninguno hablo del tema, ni en París ni al volver a Corea; todo estaba más que claro. Ella estaba borracha, era consciente, pero a medias, no sabía bien lo que hacía ni lo que decía, fue un calentón nada más.
Aquel día, después de salir de la ducha, decidí llamar a aquella chica y darle una última oportunidad, desde que llegué de viaje las cosa han ido bastante bien con ella.
Han pasado ya tres meses, en teoría en unos días, Winter se volvería a Los Ángeles, pero tras Jimin recibir su custodia, se quedaría con nosotros. Ya no compartimos cuarto, les arreglaron la buhardilla a Ari y ella y las dos se subieron allí.
¿Winter? Está bien. Apenas paso tiempo con ella, solo cuando comemos, cenamos o decidimos quedarnos todos en casa, pero apenas nos dirigimos la palabra, quizá un "Hola" o un "¿Qué tal el día?" pero poco más, no pasa de ahí.
Últimamente pasa mucho tiempo con Jin, diría que demasiado. Tampoco me preocupa, sé que no es el tipo de chica que a él le llama la atención, pero siempre está pendiente de ella, al igual que los demás, incluida Aricley.
Terminé de arreglarme, me puse mi chaqueta y bajé para irme. Según llegué al salón, todos estaban en él, sentados en el sofá, todos menos Jimin y Winter.
- ¿Y los otros dos? –los miré-.
-Se han ido a por unas cosas que hacían falta en casa –dijo Jungkook- no tardaran en venir –me mira- ¿te vas?
-Si –asentí- no duermo hoy en casa, así que, echar la llave cuando eso -dije mirando al móvil-.
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Jungkook asintió y volvió al juego que había dejado pausado en su teléfono.
Cogí las llaves de mi coche junto con las de casa, guardé mi cartera en la chaqueta y salí de casa. Monte en el coche y conduje a casa de mi chica, la cual me estaba esperando en la puerta una vez llegué.
-Hola guapo –ríe montándose- ¿Cómo estás?
-Hola –sonreí- bien, ¿tú?
-Bien también –ríe- ¿A dónde vamos?
-Pues –conduzco- tenía pensado ir a la ciudad de al lado, dado que no tenemos prisa, podemos volver más tarde, ¿te parece?
Ella asintió y yo empecé a conducir para ir a la ciudad continua, solía ir mucho con los chicos cuando tenía mi tiempo libre.