Capítulo 25

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- ¿Qué haces aquí?

- No respondes a mis llamados, no quieres verme y aun así me preguntas eso.

- Hey, tranquilo… Nunca dijimos tener nada.

- Sí, pero de igual manera me preocupo por ti.

- Estoy bien, solo… - frunció el ceño.

-  ¿Lola?

Me di la vuelta y estaba Georg, ahora con camisa, apoyado en la pared. Ahora si estaba en aprietos. Hice pasar a Roger y los presenté.

- Georg, el es Roger… un gran amigo -  Le pasó su mano a Georg para estrecharla - y el es Georg y  estamos saliendo.

Roger levantó la vista - ¿Están saliendo?

- desde hoy – dijo Georg tomándome por la cintura con una cara de felicidad que se veía hasta la China.

- ¡Guau! – Tomó la mano nuevamente de Georg – Felicitaciones

Me dio un abrazo y me dijo al oído- hablemos luego.

- Me tengo que ir… tengo una cita ¡ Nos vemos pronto!

Se despidió muy gentilmente de nosotros, yo sabía que estaba dolido, cualquiera lo estaría en su lugar.

Narra Alex Bennett:

Caminábamos en el estacionamiento con destino a la camioneta que habían rentado los chicos, Tom y yo estábamos hablando y lanzándonos las ultimas palomitas que quedaban,  hasta que recibí una llamada.

- ¿Alex? Soy Roger- Su voz sonaba como si hubiera estado llorando.

- ¿Le pasa algo a Lola?

- ¿Podemos vernos en el bar? Invitaré a Nick también.

- Sí, claro, nos vemos.

Corté la llamada y guardé el teléfono en el bolso, los otros ya estaban en la camioneta y me habían guardado un puesto como copiloto de Tom.

- ¿Harías el favor de irme a dejar a un local? Me encontraré con un amigo.

- ¿Un amigo? ¿Ahora?

- Si ¿Algún problema?

Todos en la camioneta estaban callados, parecía una discusión matrimonial.

- No ninguno.

Subió el volumen a la radio y no desvió su seria mirada del volante. No lanzó broma alguna y no entró en la conversación que se hacía entre los demás.

- Tom, es por aquí.

Paró la camioneta de forma brusca, Bill y Catherine se quejaron. Abrí la puerta del auto y me despedí de todos, Tom no sacaba su vista del frente. Baje del auto y entré al bar.

Detrás de la barra estaba Roger con una copa, al verme la alzó. Nick todavía no llegaba. Se le veía melancólico, triste y luego de servirme un trago, me explicó el por qué.

Lola estaba muy feliz con Georg, y eso también me hacia feliz, el problema era el decirle de esa forma a Roger que ya no quería estar con él, pero mas allá de escuchar a Roger, no podía meterme en los problemas que tuviera Lola.

- Lo peor es que estaba empezando a sentir cosas por ella.

-  Podría habértelo dicho de otra manera.

- No, está bien – dijo sirviéndose la segunda copa- estaba entre la espada y la pared.

- O quizás entre dos espadas – el mostró una leve risa.

Invaded By YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora