Capítulo 27

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Serví el café y chocolate caliente a los chicos en la sala de estar. Tom no estaba. Gustav y Catherine tampoco. Subí a buscar una manta a mi habitación y ahí estaba.

- ¿De nuevo aquí? Hay muchas habitaciones a las que puedes ir

Siguió viendo acostado su celular, me ignoraba totalmente.- ¿Me estas escuchando?

No movió ni un musculo, no dijo ninguna palabra. Sentía como mi sangre empezaba a calentarse y empezaba a subir hasta mi cabeza. Realmente no entendía a Tom.

La manta que quería estaba bajo sus pies. Sin pedirle que se moviera la tomé y sus pies cayeron al suelo.

Por fin sus ojos se posaban en mi – La puerta cerrada después de irte, por favor.

Me di la vuelta para irme, pero mi sangre hirviendo y mi poca paciencia aparecieron.

- ¿Que mierda te crees besándome y luego tratándome así? ¿Qué crees que soy?- Le grité.

- Tenía que hacerlo.

- Tenía que hacerlo… ¿Esa es la mejor excusa que puedes darme? , te puedo decir que la excusa más estúpida que he escuchado.

- ¿Quieres una buena excusa o la verdad? Tú elijes.

- Quiero saber por qué haces esto.

- Me confundes, Alex.- se sentó en la cama – lo sabes.

Quizás suene egoísta lo que pensé en ese momento, pero fue la primera impresión que tuve: ¡Estaba confundiendo al guapísimo de Tom en la relación más estable que ha tenido en toda su vida! Por una parte me sentía afortunada, por otra parte, pensaba en lo mal  que se estaba sintiendo Tom con todo esto.

Me senté a su lado. Tenía la cabeza mirando al suelo, con la mirada dura. Le toqué el cabello.

- Me siento un poco culpable por todo esto.

Me miró fijamente – Sí – afirmó- La culpa la tienen tus ojos.

Lo tomé por el cuello y lo besé. La que tenía que hacerlo ahora, era yo.

Él me respondió de la manera que esperaba. Me tomo desde la cabeza y metió su lengua mas profundamente, abarcándome completamente, tomé su camisa y tiré de ella para que quedara encima de mí.

Tomó mis piernas y las abrió para ponerse entre ellas y poder estar mas cómodo. Me saco la polera y yo hice lo mismo, lentamente desde mi boca bajo a mi cuello y lo empezó a besar con desesperación. Una canción empezó a sonar cerca, era el celular de Tom.

- Ve quien es para llamar luego – susurró en mi oído.

- Es Ría – y automáticamente al decir esto, recordé a Nick.

Los besos en el cuello cesaron de golpe y tomó el teléfono.

- ¿Hola?

Alcancé a escuchar un “cariño” y algo de que lo extrañaba, y me hizo sentir fatal. Le hice señas a Tom de que se quitara y me entendió. Salí de la habitación y me senté en el suelo. ¿Qué mierda estaba haciendo?

Narra Lola Zimmerman:

Después de pasar una sabrosa noche con Georg, me levante a hacer desayuno a todos. Si, a todos, porque se quedaron en mi casa que ya parecía hostal.

Aunque no voy a negar que estaba muy feliz viendo a todos juntos comiendo en la mesa, riéndose unos con otros, y podía ver claramente absolutamente todo. Gustav miraba con timidez a Catherine y cuando el no la miraba, las cosas cambiaban y la que veía con timidez era ella. Laura se veía muy bien apoyada en el hombro de Bill, quien también se le veía con una gran sonrisa todas las mañanas. Georg estaba al lado mío y de vez en cuando me daba un beso en la mejilla y  por debajo tocaba mi pierna.

Invaded By YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora