Capítulo 19

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- Bill, no puedo.

- Es por tu novio ¿verdad?

- Si, yo no….no podría hacerle esto – se separó de mi cuerpo, bajo la mirada y volvió a subirla. A quien estaba engañando, moría por darle un beso.

- Me tengo que ir, adiós.

Estaba a punto de abrir la puerta y lo detuve. Tomé de su brazo sin pensarlo dos veces, era el momento más romántico que estábamos teniendo y yo lo arruinaba con inseguridades.

- Quédate conmigo – Fue lo primero que salió de mi boca – Quédate conmigo esta noche.

Bill se quedó pensando, yo también lo hubiera hecho. Acababa de negarle un beso y quería pasar la noche con él. Que poco lógico es lo que hace la mente cuando está en aprietos, que extraño es cuando el corazón es el que habla y la razón acata lo que dice.

Su sonrisa apareció en su cara y aceptó con la cabeza, a menos que en alemán sea lo contrario.

- ¿Qué quieres que hagamos?

Un calor recorrió mi cuerpo. Me encantaría haberle dicho la verdad de lo que quería esa noche. Besar todo su cuerpo, dejar que nuestras respiraciones se agitaran al rozarnos. Sentirlo mío y yo ser completamente suya.

- Podríamos ver una película o quizás pedir algo a la habitación y hablar toda la noche.

- Okey – Dijo dando un aplauso – Me gusta mas la idea de conversar toda la noche.

Pedimos un poco de comida a la habitación y unas cervezas. Bill tenía un carisma encantador y esa noche su carisma brillaba como una estrella.

Hablamos de un sinfín de cosas, desde muy superficiales hasta llegar a las cosas más intimas de cada uno, cosas que muy pocas personas sabían de él.

- Sabes, tus eres como una manzana

- ¡Una manzana?- Le dije dando un trago a mi cerveza.

- si , como una roja y dulce manzana. A veces me dan ganas de probarlas, de sentir su sabor, pero no puedo.

- Eres alérgico… ¡¿Estás diciendo que eres alérgico a mi?!

- No – Dijo riendo- me refiero a que estas cerca – Con su mano acariciaba mi mejilla – Tan cerca de mí y no puedo tenerte.

Me quede callada. También quería tenerlo y saborearlo, como a una manzana. Tomé su cara con mis manos y lo besé. Sin titubeos o lamentos. Al principio fue exótico, nunca había besado a un chico con tantos piercings, pero eso mismo le daba una textura diferente al labio, exquisito.

Su lengua entro en mi dulcemente, con cuidado y yo la acepté encantada. Hicimos un juego con ella como una acrobacia, como si dentro de nuestras bocas estuviera el mismísimo Cirque Du Solei.

El beso cada vez era mas candente, nuestro cuerpo lo sabía. Ya no estábamos sentados uno al frente del otro, si no que Bill acostado arriba mío, tomando mis manos y dejándolas entrelazadas con las suyas por encima de mi cabeza.

Empezó a darme besos en el cuello. No hay cosa que más ame y odie a la vez que los besos en el cuello. En ese minuto tuve que parar. Está bien, ya le estaba siendo infiel a Mike, pero no iba a dejar que pensara que tuve sexo con él…Aún.

- Bill debemos parar…- Le dije gimiendo.

Cesó de besarme el cuello en ese mismo instante. Tocó mi nariz con la suya y suspiro.

- Lo haré, pero no me alejaré de tu cuello hasta el amanecer.

Narra Alex Bennett:

Lo estábamos pasando e maravilla, ya era el día siguiente del concierto y el ultimo día completo que estaríamos en Alemania. Solamente había un detalle. Los chicos no podrían estar con nosotras hasta la cena. Entrevistas, fotos, etc.

Invaded By YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora