Me acomodé encima de su cuerpo, poniendo mi cabeza en su pecho para escuchar su corazón. Me dio un beso y posó su mano derecha en el final de mi espalda, haciéndome estremecer.
- Podrías ir a Los Ángeles, conmigo.
Levanté mi cabeza levemente para mirarlo a los ojos. - ¿Qué?
- Quiero tenerte cerca, Laura.
- Estoy recién saliendo de una relación, esto es muy extraño para mí. Lo siento, no puedo.
- Vamos de a poco, podrías ir por unas semanas y volver… y así, hasta que te sientas cómoda.
Me encantaba que fuera tan paciente, que me entendiera y sobre todo que comprendiera que todo no era tan fácil como él lo planeaba. Me gustaba la idea de ir unas semanas a Los Ángeles, nunca había ido y me parecía una ciudad pintoresca. Podría ir con alguna de las chicas para no sentirme sola cuando Bill este ocupado con sus cosas.
- Bill ¿Sabes que eres el hombre más encantador que he visto?
- Algunas chicas me lo han dicho…
- ¡Oye! – Le tiré una almohada por la cabeza.
El repitió lo que hice y siguió haciéndome cosquillas en la panza. Me estaba empezando a palpitar el corazón por él como nunca lo hice con nadie.
Nos duchamos y vestimos para regresar nuevamente donde Lola. Pero antes tenía que mostrarle una de las cosas más importante que tenía en mi vida.
- ¿Hacia dónde vamos? – Dijo mientras apretaba uno de los niveles subterráneos en el ascensor.
- Espera y veras, no seas impaciente – le di un beso y sus manos se deslizaron hacia mi cintura.
Al llegar al nivel que quería, lo tome de la mano. El me miraba con cara curiosa y veía los autos que estaban estacionados. Llegamos al frente del estacionamiento de motocicletas y saqué la funda gris que la cubría.
- Ella es Dolly.
Ahí estaba ella, una modelo cruiser roja, curvilínea y brillante. La cara de asombro de Bill era graciosa, creo que no se esperaba que yo tuviera una.
- ¿Es tuya? – pasó su mano por el asiento de cuero- Es muy linda.
- Mi padre me la regalo hace un par de años, antes que muriera.
Sentía mis ojos húmedos y Bill al notarlo me puso entre sus brazos- Lo siento nena.
- Si quieres podemos dar una vuelta.
- No, hoy no, yo…- se le notaba nervioso y creo que inventaba una excusa.
- Tranquilo, aun no mato a nadie en ella.
Luego de un rato de convencerlo, se puso uno de los cascos que estaban en el apartamento y prendí la moto. La dejé lista para salir y Bill se subió detrás de mí.
- Me estas asfixiando
- Lo siento
Estaba muy cercano a mi cuerpo, tanto así que me estaba apretando las costillas.
- ¿Estás Listo? – El respondió afirmativamente con la cabeza y me reí- Aquí vamos.
Dimos algunas vueltas por el centro de la ciudad, Bill no había recorrido mucho, habían muchas fanáticas y digamos que él, sobre todo, no pasaría desapercibido.
Fuimos a la gasolinera y por último seguimos nuestra ruta hasta la casa de Lola. Al llegar Bill bajo de forma veloz y yo detuve el motor. Tom salió por el jardín hacia donde estábamos nosotros.
- ¿Es tuya? Esta bellísima.
- Si, muchas gracias – me saqué el casco y sacando la llave, dije- es preciosa.
Narra Alex Bennett:
Escuché a Dolly afuera y salí a ver con Nick que pasaba. A Nick le encantaban las motocicletas, también tenía una y también tenía nombre. A llegar a la entrada de la casa, me encontré con Bill, Laura y Tom, este último me quedó mirando al llegar y luego desvió la vista para ver a su hermano quien le estaba hablando.
- ¡Laura! Podríamos ir a dar una vuelta algún día, tú llevas a Bill y yo a Alex.
Tom lo miro de una forma asesina con sus pequeños ojos chinos y siguió con la conversación – Nick, ¿Te parece una competencia?
Maldito Tom, nos sonrió y yo sabía que su sonrisa era falsa, lo notaba. Nick aceptó el desafío en algunos minutos ya tenían todo listo. Mañana en la noche, Tom ocuparía a Dolly mientras que Nick su motocicleta, Susanne.
Se dieron las manos fuertemente y Nick se fue, tenia cosas por hacer en la noche. Laura entró a motocicleta al estacionamiento de Lola y entramos, estaba haciendo mucho frio.
Fui a la cocina a hervir agua para hacer café y té para todos y sentí que alguien me siguió.
- Así que…- se apoyó a mi lado – Nick es tu novio.
- No lo es, solo estamos en algo.
Empezó a jugar con un frasco de azúcar y yo buscaba las cosas para llevar el té. No me molestaba la presencia de Tom, pero si me incomodaba y bastante. De repente escuche un ruido que se caía algo, el frasco de azúcar.
- ¡Tom! – le grité asustada.
- No grites – me susurró. Su voz se volvía más sexy de esta forma.
Recogimos en silencio la azúcar caída, dando gracias que el frasco era de plástico y no de algo más frágil.
Quise salir de la habitación, me inquietaba la presencia de Tom tan cerca de mí, pero su mano me alcanzo y me encarceló contra la pared.
- Dime la verdad, ¿Estas saliendo con ese tipo?
- No es un tipo, se llama Nick, Nick Patterson para que sepas.
- No me interesa si se llama Nick, Dick o Luck. – Se notaba molesto – Me interesa lo que te pregunté.
- Si, estamos juntos, ¿Puedes dejarme en paz entonces?
Me tomó del cuello dejándome a escasos centímetros de sus labios. - ¿Quieres que te deje en paz?
Me mordí el labio, eso hizo que lo desafiara aun mas a besarme, pero no lo hizo, se que quedo esperando mi respuesta.
- No lo sé – Levantó una ceja. Lo empujé y salió de la cocina.
Me apoyé en el mesón central de la cocina y tomé una gran cantidad de aire. Tom llegó nuevamente a la cocina y me giró y me besó fuertemente. Sus labios jugosos me fascinaban, su piercing se estaba enterrando en mi labio por la fuerza con que me besaba.
- Debía hacerlo- y salió sin decir más.
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Invaded By You
RandomLaura Wess tiene 22 años, una vida casi completa, está a punto de casarse, pero no por eso es más feliz, lo único que ella quiere es cambiar su vida. Bill Kaulitz, vocalista de Tokio Hotel, sueña con encontrar a su amor verdadero, y lo encuentra e...