Un año después de su ruptura el gran alfa Min Yoongi regresa a reclamar lo que por derecho le pertenece y nadie impedirá que arrastre de vuelta a su destinado, aunque lo destruya en el proceso.
"Te marqué como mi propiedad desde el primer momento e...
Yoongi llevó su mano a su cabello echándolo hacia atrás con irritación —¿Que te pasa? ¿Porque actúas de esa forma?— preguntó molesto al sentir las emociones de su omega en carne propia.
Jimin se aferró al barandal con fuerza y negó sintiéndose confundido él también —No lo sé... no lo entiendo tampoco— respondió mientras cerraba los ojos tratando de reducir la intensas ganas de llorar que habían llegado de la nada —Solo... Mi omega solo se alteró de la nada y no sé porqué—
El alfa frunció el ceño inconforme por la respuesta y se acercó lo suficiente como para que sus pechos quedaran juntos al punto en que cada uno pudo sentir el golpeteo del corazón del otro. Jimin mordió su labio con ansiedad añorando con todas sus fuerzas enterrar su nariz en el cuello del alfa, su omega se lo exigía para tranquilizarse, sin embargo se obligó a no hacerlo no sabiendo bien como actuaría Yoongi si hacía tal cosa estando en público, no obstante no fue necesario, ya que segundos después pudo sentir los brazos del alfa tomarlo por los hombros y apretarlo fuerte en un abrazo que lo hizo sentir protegido.
Jimin suspiró y se paró de puntillas intentando alcanzar el cuello del alfa para inhalar su delicioso aroma. Yoongi dejó escapar una risa ronca cuando la naricita pequeña del omega acarició olfateando su glándula de olor, deslizó sus manos de arriba abajo en la espalda delgada del más pequeño y liberó su aroma de forma suave para relajarlo.
Jimin se aferró fuertemente de su saco oscuro y suspiró extasiado sin importarle los ojos curiosos que les veían desde el salón. Yoongi sabía que no era nada bueno montar un espectáculo de ese tipo por el simple hecho que mostrarse tan apegado a su omega podía resultar un punto en su contra, pero simplemente no pudo negarle a su alfa el proteger al pequeño chico que se hallaba tan angustiado frente a sus ojos y menos cuando tenía una idea de lo que había ocasionado que su omega se alterara.
Sus ojos viajaron hasta el salón donde se encontró con la mirada de la bonita chica que le veía desconcertada. Yoongi negó con la cabeza diciéndole sin palabras que no estaba dispuesto a tener un altercado con ella en ese momento, Euna bajó la cabeza y se perdió entre las personas que se hallaban en el lugar.
Yoongi besó el cabello castaño de su chico antes de hablar —¿Te sientes mejor?— preguntó obteniendo un asentimiento de cabeza de parte del omega. Yoongi tomó su barbilla con cuidado y Jimin se obligó a abrir sus ojitos miel para ver al alfa —Tranquilo— murmuró.
—¿Quien es esa omega Yoongi?— preguntó con recelo.
Yoongi dirigió su mirada hacia el salón y luego volvió a verle —Nadie de quien debas preocuparte— acarició su mejilla con su pulgar y dejó un beso en sus labios —Yo te protegeré— susurró.
Y Jimin no supo bien a qué se refería, pero en el fondo de su corazón quería creer en esa promesa una vez más.
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