Setentaiocho

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...

Pero este no llega, en su lugar siente un líquido desagradable recorrer su nuca y los brazos que anteriormente lo tuvieron sujeto pierden su fuerza, segundos después escucha como el cuerpo del alfa se desploma e impacta fuertemente contra el suelo, haciendo que abra los ojos rápidamente. Un grito aterrador escapa de su garganta cuando ve su ropa manchada de sangre... Su sangre ¿Es suya? Pero no siente dolor...

—¡Jimin! ¡Al suelo!— escucha la orden de Yoongi y hasta ese momento es consciente de que no es su sangre, es la del alfa que le tenía cautivo y que ahora está muerto a un lado suyo mientras Yoongi toma a Eunbi por el cuello y la estampa contra la pared con violencia, sus oídos zumban y su cuerpo tiembla mientras se arrastra como puede por el piso intentando protegerse...

Hay mas personas, no sabe de donde han salido, pero cree que ha sido del túnel por el que iba a escapar —Te mataré con mis propias manos y luego le sacaré las entrañas a tu viejo padre y no sabes cuánto lo disfrutaré maldita perra— escucha a lo lejos la voz sádica de Yoongi.

Jimin conecta miradas —¡Vete!— le dice —Sigue el túnel ahora—

El omega se queda quieto sus ojos puestos ahora en Eunbi, sus miradas se encuentran y siente tanto odio y rencor hacia ella que el deseo de matarla con sus propias manos brota de lo profundo de su ser, quiere verla suplicar por piedad, quiere ver como la vida escapa de sus manos y por un momento disfruta cuando ve como las uñas de Yoongi se clavan en su cuello, impidiéndole respirar, apagando su vida poco a poco, pero no es suficiente, quiere verla morir con dolor por todo lo que provocó, por haber estado a punto de matar a sus hijos.

Jimin parpadea intentando controlar el deseo inminente de vomitar cuando ve el momento exacto en el que una bala atraviesa el hombro de su alfa haciendo que suelte a la omega  de forma automática.

—¡Vete ahora!— escucha nuevamente y no lo piensa más porque en ese momento su prioridad debe ser poner a salvo a sus cachorros por lo que se arrastra hasta llegar a la puerta que conecta el despacho con el túnel y la cierra teniendo como última visión el rostro de Yoongi salpicado en sangre, su sangre...

Su respiración es agitada, y todo su cuerpo tiembla, pero agarra las fuerzas para correr lo más rápido que sus piernas temblorosas se lo permiten mientras su mano protege su barriga, corre sin mirar atras con el miedo atorándose en su garganta, con lágrimas mojando su rostro y con su cuerpo manchado de sangre... Corre, huye para salvar su vida y la de sus hijos, corre dejando a Yoongi atrás y duele, duele como nunca lo imaginó, pero no se detiene, no se detiene en ningún momento, no se detiene incluso cuando llega al espeso bosque, no se detiene cuando la lluvia empapa su cuerpo y empaña su visión, no se detiene cuando el frío cala sus huesos.

No se detiene hasta que es obligado, hasta que siente los brazos de alguien enrollarse en su brazo y halarlo con fuerza haciéndole salir del trance —Señor... Señor por favor, debemos irnos— escucha, Jimin grita y pelean berreando con pánico —Por favor, debemos irnos— le dice nuevamente mientras un segundo hombre toma su otro brazo y lo obligan a entrar a un auto que arranca inmediatamente a pesar de sus gritos y peleas entrando al camino del bosque y llevándolo lejos.

Y hasta que el sonido de los disparos se disipa y en su lugar el agradable sonido de la lluvia impactando contra las ventanas es lo único que se escucha, solo entonces el omega explota en un llanto desgarrador, está solo nuevamente y si Yoongi muere, si le pasa algo... El simple hecho de imaginarlo le causa un dolor inexplicable... Y no puede sentirlo, no puede sentir el lazo con su alfa, no sabe si se debe a los nervios, al miedo o a que él ya no está.

No, claro que no, Yoongi no moriría, Yoongi es... Yoongi es alguien de carne y hueso, sangra al igual que todos, él mismo pudo ver ese líquido brotar de su cuerpo momentos antes ¿Y si realmente murió?

Jimin llora amargamente sin importarle ser visto por sus guaruras, uno de ellos le arropa con una manta caliente sin decir una sola palabra y él se deja hacer sintiéndose al borde de la locura y con el corazón destrozado.

No sabe cuanto tiempo realmente pasó cuando el auto por fin se detiene, solo baja obedeciendo a las órdenes de los guardias entrando a una nueva casa.

—Debe esperar a su alfa aquí— le dice —Nosotros nos encargaremos de protegerlo mientras él vuelve— murmura tratando de tranquilizarlo mientras le conduce a su recamara.

Jimin asiente entre hipidos —Gracias le dice y cierra la puerta.

Sus manos acarician su vientre y llora nuevamente al saber que estuvieron a punto de morir, segundos después camina al cuarto de baño donde se asea con ahínco tratando de borrar el horrible olor de la sangre que le cubría y que le traería pesadillas en los próximos días.

Cuando por fin sale es recibido por una señora de mayor edad, esta le sonríe dulcemente y le extiende un té —Tómelo ahora, le hará sentir mejor—
Jimin obedece y toma la tasa botando un poco del líquido cuando sus manos tiemblan —Debe estar muy asustado— y siente suaves acaricias ser repartidas en su espalda —Tranquilo, ya está a salvo— y nuevamente el omega se rompe pedazo a pedazo, llorando amargamente entre los brazos de esa vieja mujer que le arrulla, aferrándose a la única persona que le muestra un poco de cariño y compasión.

Ahora solo debe esperar nuevamente.


🖤

Mi Omega

Mi Omega || Y.M+18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora