Capítulo 33

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Camina lentamente hasta la puerta.

Mis amigas se acercan para abrazarme. Me consuelan con cariños y palabras lindas, pero miento si digo que les estoy prestando atención.

¡Ah, espera! Hay algo que no le dije a Rodrigo. Lo veo atravesar a la multitud y lo pierdo de vista.

Esto no puede terminar así.

Corro lo más rápido posible a la salida. Hay demasiada gente. Tengo que llegar antes de que suba al ascensor.

—Hey, dance with me!

Un gringo jala mi brazo y trata de darme una vuelta. Busco soltarme, pero no me deja en paz. ¡Mierda, necesito correr!

Get out of her way!

Una mexicana llega al rescate y los quita del camino.

Sigo atravesando la discoteca. Se me hace eterno el camino.

Abro la puerta de un solo golpe.

―¡RODRIGO! ―grito a todo pulmón.

Voltea asustado. Sonríe al verme. Camina rápido hacia mí.

Corro sin frenar y le brinco encima. Me carga y me sostiene con fuerza. Sus brazos sujetan mis piernas, mientras me engancho a su cintura con ellas.

Nuestro último beso no iba a ser un simple beso. Esto era lo que yo quería. Un beso con pasión, con locura, como adolescentes hambrientos, desesperados, con ganas de más.

Nuestras lenguas se entrelazan. Sus manos suben hasta mi espalda y me agarran fuerte hasta rasguñarme. Me aprieta con furia hacia su cuerpo a la vez que juego con su cabello sin dejar de besarlo. Sus labios gruesos son inevitables a mis mordidas, no puedo parar. Nos besamos sin control. Con los ojos cerrados, con sonrisas entre tiempos.

El mejor beso de la historia.

Todos a nuestro alrededor nos observan. Mis amigas están asomadas en la puerta de la discoteca.

Me sonrojo al caer en cuenta y me escondo en su pecho.

Todos aplauden detrás de nosotros. ¡Qué pena, Dios!

―Hay algo que no te dije ―sonrío mientras le acaricio la nuca.

―Cuéntame, guapa ―me mira detenidamente mientras me abraza.

―Yo también te amo.

Sonríe y suelta una risa suave. Se muerde el labio y sostiene mi cabeza. Lentamente se acerca a mis labios y nuevamente me besa, pero despacio, con amor, con delicadeza.

—¡Aww!

Varias voces se escuchan de fondo. Me siento en una película romántica. Nunca había sido el centro de atención.

Esto sí es una despedida. Ahora sí estoy en paz.

—Te voy a extrañar mucho.

—Te amo, guapa. Ya te extraño.

Lo acompaño hasta el ascensor. Me da la mano y me pica el ojo. Se cierran las puertas del ascensor. ¿En qué momento dejó esta nota en mi mano?


"Eres inolvidable. Te amo y ya te extraño.

Mi Facebook: Ro Fte."


Guardo la nota en mi bolsillo y voy hacia mis amigas.

—¿Qué pasó?

—¿Qué te dijo? ¿Qué le dijiste?

Un Crucero, tú y yo... ¡Piénsalo! [Completa ✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora