Capítulo 9: ¿Y estos chicos guapos?

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Domingo 10 de abril de 2011

―¡Levántense! ― papá abre las cortinas y sigue aplaudiendo.

Se repite la escena de ayer. Pensaba que la forma en que mamá me despierta es desagradable, pero se me olvidaba la de papá, ¡peor!

Papá hace check out de las habitaciones. Mientras está ocupado con la recepcionista, uso la computadora del lobby. Entro en Facebook, tengo un inbox de Eduardo:

Edu:

¡Hola, preciosa! Ya llegué a mi destino. Todo es bellísimo, pero no más que tú. Me haces falta. Lástima que no te vi luego de pasar migración en el aeropuerto. ¿Está todo en orden? Vi que las pasaron al cuartico. Hoy te subes al barco, disfruta mucho. Estoy pendiente de ti.
Un beso, cuídate.

Es demasiado detallista. No puedo creer que se acuerde de mí en sus vacaciones, donde seguro hay miles de mujeres bellas. Yo no recordaba que íbamos a hablar por Facebook... mi memoria cada día está peor.

Papá avisa que nos tenemos que marchar. No me da tiempo de responder el inbox. En lo que pueda lo haré. Es hora de ir al puerto de Fort Lauderdale.

La empresa del crucero, Royal Caribbean, es tan organizada que, dependiendo de la cabina reservada, la hora de embarque es distinta. Nuestra hora citada es la 1:00 p.m.

¡Wow! Mientras más nos acercamos al puerto más se aprecian los grandes cruceros estacionados. Es increíble que uno pueda subirse a esa inmensidad. La verdad es que sí es emocionante pensar que vamos a estar en alta mar por una semana.

Sí, estoy cambiando de parecer. Es el aire miamero.

¡Ahí está el nuestro! Freedom of the Seas, puedo leer el nombre a lo lejos.
Hace un año estuve en el barco "morocho", el Liberty of the Seas. Fui con mis amigas de viaje de 15 años. Según leí en internet, este barco es idéntico. La diferencia es que todo se encuentra al revés, es decir, lo que en el anterior estaba en la punta, ahora estará hasta el fondo del barco, pero en el mismo piso. De ser así, me ubicaré fácilmente.

Bajamos las maletas frente a las filas de embarcación y unos trabajadores con el uniforme de Royal Caribbean nos muestran nuestra puerta de entrada. Nos formamos en la fila.

Avanza lentamente. Aprovecho de ser metiche y detallar a la gente que está a nuestro alrededor.

Ya va, ¿de dónde salieron tantos chamos guapos? ¡Cómo no me fijé antes!

¡Todos son unos papis!

La mayoría de las familias tienen entre dos y tres hijos. Por lo menos uno de los hijos varones de cada familia que veo cerca es hermoso. Parece un desfile de modelos.

Ok. cambio de planes: me bucearé a todos los niños espectaculares, me dedicaré a verlos y a admirar su belleza.

Ya sé, ya sé, sueno como un hombre viendo mujeres, pero es impresionante la cantidad de niños bellos. ¡Wow! Y lo más impactante es que tienen entre 15 y 18 años.

Gracias Dios, ¡son más que perfectos!

En los cruceros que he ido antes solo había gente mayor o niños pequeños. Esto está cambiando mucho la perspectiva del viaje. Qué bueno que traje mi cámara, les tomaré muchas fotos para mostrárselos a mis amigas después.

Estoy tan emocionada que le enseño a Karina cuáles me hechizaron a primera vista. Ella ríe por mis barbaridades. Me da su opinión de los que ve. Parece una amiga más viendo lo bellos que son todos.

―Aprovecha, aprovecha. Viajes como este no se viven muchas veces y menos con tantos niños lindos. Conócelos sin pena, no sabes cuándo los volverás a ver ―exclama entre risas.

Un Crucero, tú y yo... ¡Piénsalo! [Completa ✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora